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Wednesday 5 de January de 2011, 16:41:23
GR92 - ETAPA 9: DE PALAMOS A SANT FELIU DE GUIXOLS
Tipo de Entrada: RELATO | 3849 visitas

Novena etapa del GR92, desde el pueblo de Palamós hasta Sant Feliu de Guíxols, con un recorrido total de 17,1 kilómetros, transcurre casi todo el recorrido siguiendo la línea de la costa, pasando por los pueblos de Sant Antoni de Calonge, Platja d'Aro y S'Agaró, siendo quizás la etapa más "urbanizada" de todas debido a que dichas poblaciones son de las más turísticas de la Costa Brava. El sendero recorre buena parte de los llamados "caminos de Ronda" que van justo al lado del mar, con unas vistas muy buenas y unos rincones muy tranquilos.

Tras bastante tiempo sin haber hecho ninguna etapa del GR92 hoy por fin hemos decidido retomarlo de nuevo y continuar desde el último punto donde lo dejamos, en la población de Palamós.

Esta nueva etapa, la novena del GR92, nos llevará desde Palamós hasta Sant Feliu de Guixols, con un recorrido total de 17,31 kilómetros y un perfil totalmente plano ya que transcurre siempre por la primera línea de la costa casi siempre al lado del mar.

Como en anteriores ocasiones, con el coche me dirijo hasta Sant Feliu de Guixols donde dejo el coche en la parada de autobús de la Sarfa, y al cabo de pocos minutos llega el autobús que en media hora nos deja en Palamós, donde comenzamos a caminar. Como siempre también me acompaña de nuevo Marta, un hecho algo habitual en todas las etapas del GR.

Salimos desde el larguísimo paseo marítimo de Palamós, el tiempo está bastante nublado y no veremos prácticamente el sol en todo el día, incluso en algunos momentos cayeron unas pocas gotas de agua que no nos desanimaron en continuar, mucho tendría que llover como para echarnos para atrás…

El ambiente es bastante fresco nada más comenzar y vamos a un paso medio, no tenemos prisa pero tampoco queremos entretenernos más de la cuenta, en definitiva de lo que se trata es de disfrutar de cada etapa, no de competir contra el reloj. El paseo marítimo parece que no se vaya a acabar nunca, y antes de que nos demos cuenta ya hemos llegado a San Antonio de Calonge, en todo momento tenemos la playa a la izquierda y un sinfín de hoteles, restaurantes y apartamentos a la derecha, de hecho esta etapa creo que es la más “turística” en cuanto a equipamientos se refiere ya que pasa por poblaciones de la Costa Brava que en verano siempre suelen estar a tope de turistas, sobretodo extranjeros, que vienen buscando en teoría el sol y el buen clima de esta zona.

El paseo marítimo de Calonge de hecho es una prolongación del de Palamós ya que es más de lo mismo, pero afortunadamente por fin se acaba y comienza un nuevo tramo de los llamados caminos de Ronda, que van siempre bordeando el litoral junto al lado del mar. Al cabo de unos pocos minutos llegamos hasta la Torre Valentina, una torre de defensa junto al mar que parece ser que no se puede visitar por dentro. Ahora el paisaje que viene es el característico de la Costa Brava, con multitud de pequeñas y acogedoras calas que en verano tienen que ser una delicia pero que ahora lógicamente están vacías. El procedimiento siempre es el mismo, bajar hasta la cala para cruzarla y subir por la parte opuesta, en algunas ocasiones incluso nos acercamos hasta el agua de la playa, eso sí, guardando las distancias…

Tras cruzar un curioso túnel excavado en la roca acabamos saliendo a la playa de Treumal, al lado de un camping que en estas fechas está cerrado. Esta playa es bastante más grande que las que hemos atravesado hasta ahora, caminar por la arena se hace algo pesado ya que el pie se te va para atrás, pero no hay otro camino, hay que cruzarla entera hasta el otro extremo, donde salen una escaleras que nos vuelven a elevar sobre la línea de la costa, para luego volver a bajar de  nuevo hasta la siguiente cala.

Aquí hacemos una primera parada para comer un poco aprovechando la tranquilidad del entorno, lo malo es que cuando acabamos de comer y queremos continuar nos encontramos con que no vemos ninguna señal de pintura, y la última referencia parece que indica que hemos de bajar hasta la cala, pero nos extraña mucho ya que no se ve ninguna salida aparente, está rodeada de rocas por ambos lados. Al cabo de poco tiempo encuentro por fin la marca de pintura: está en una roca que hay dentro del mar!!! Casi sin creerlo veo que efectivamente el camino es por allí, parece que el temporal se ha comido parte de la playa y el camino ha quedado casi dentro del agua. Lo que hacemos es cruzar este pequeño tramo aprovechando cuando se retiran las olas ya que de lo contrario acabaríamos con los pies dentro del agua, subimos a unas rocas justo al lado del mar (incluso cuando rompían las olas nos salpicaba agua) y por fin salimos de ese tramo tan extraño, desde luego, imposible ir más a ras de la costa…

Tras cruzar la siguiente playa vemos los efectos mucho más evidentes del temporal, se ve como el agua se ha ido comiendo tramos de arena y ha dejado la zona en un estado lamentable. Incluso más adelante comprobamos que el agua había acabado arrastrando hasta el agua un muro de contención que había quedado totalmente derrumbado, de hecho creo que fue el paso más complicado de la etapa ya que ha caído justo encima del camino y hay que superarlo como mejor se pueda, incluso han puesto vallas para que la gente no acceda a la zona pero está claro que nosotros no vamos a dar media vuelta ahora que ya estamos aquí.

Tras superar este complicado tramo y después de un par de calas más, el camino ahora sube de golpe hacia la carretera, la cual tendremos que seguir durante varios metros por la parte izquierda hasta entrar en Playa de Aro, parece que el camino de Ronda está muy deteriorado y han optado por desviar el camino por aquí, que aunque es menos interesante también es más seguro, en la zona hay riesgo de desprendimientos.

Pero antes de entrar en la población el camino baja de nuevo hasta el camino de Ronda junto al mar, y después de atravesar unas cuantas calas más y pasar por unos túneles muy entretenidos, llegamos por fin a Playa de Aro, pasando por delante del Cavall Bernat, una roca que hay en la playa que aunque no se parece nada en cuanto a dimensiones a la de Montserrat, sí que tiene una forma bastante parecida si se le echa imaginación.

La entrada a Playa de Aro la hacemos por el inicio de su larguísimo paseo marítimo, que hemos de recorrer en su totalidad, nuevamente la estampa de hoteles y restaurantes nos acompañarán en todo este tramo, la mayoría en estas fechas se ven cerrados, normal en una población que vive del turismo en los meses de verano básicamente.

Aquí encontramos a mucha gente paseando aunque el día sigue nublado. Al llegar al final del paseo marítimo, junto al río Ridaura, el camino gira de nuevo hacia el interior para poder cruzar el río a través del puente de la carretera, llevamos más o menos la mitad de camino y no estamos nada cansados. El camino pasa junto al puerto de la población, que queda a la izquierda y acaba llegando a la playa de Sa Conca, muy ancha y extensa.

Tras cruzarla volvemos de nuevo al camino de Ronda el cual en este tramo está muy bien acondicionado y arreglado, incluso en algunos tramos hasta llega a ser pintoresco de lo bien cuidado que lo han puesto. Lo que no tiene desperdicio son las lujosas edificaciones que vamos viendo por esta parte, me pregunto cuantas vidas me harían falta para poder pagar algo así si un día lo comprara…

Tras bordear la Punta Prima llegamos a la población de S’Agaró con su playa de Sant Pol. Curiosamente pasamos por delante del hotel “La Gavina”, que me hizo recordar aquella serie del “Tricicle” que daban cuando yo era más , donde siempre salían corriendo cuesta abajo. Lo que sí que es evidente es el lujo que rodea la zona, por algo está catalogado como de gran lujo…

Cruzamos rápidamente el paseo marítimo de S’Agaró para volver a retomar el camino de Ronda y de esta manera evitar las edificaciones. Lo malo de este tramo que viene ahora es que cada vez que el camino llega a un pequeño acantilado entrante en el mar, lo que hace es subir hasta la carretera, cruzar dicho entrante por un puente y volver a bajar de nuevo hasta el mar, con el problema añadido que cada una de estas subidas supone ascender un montón de escalones y bajar otros tantos, esta operación la repetimos no sé cuantas veces, lo que sí puedo asegurar es que acabamos un poco hartos de tanto subir y bajar repetidamente, una opción rápida hubiera sido continuar todo el rato por la carretera, lo malo es que de hacerlo así le habría quitado el encanto de ir junto al mar y nos habríamos perdido las buenas vistas que a cada curva que alcanzamos tenemos delante nuestra.

Más adelante el camino pasa muy cerca de la vía ferrata de la Cala del Molí, donde hay un cartel indicativo, pero por lo que tengo entendido creo que actualmente está cerrada y no se puede acceder. De todas formas tengo curiosidad y subo hasta lo alto del acantilado que hay para ver si llego a ver algún cable o peldaños pero no consigo ver absolutamente nada, no sé si porque no supe verlo o porque han desequipado la vía, decían que era muy chula por ir junto al mar en todo momento pero parece ser que la gran afluencia de gente y supongo que las pocas precauciones de unos cuantos hicieron que la cerraran, una lástima…

Llegamos a una urbanización que hay en la entrada de Sant Feliu de Guíxols y desde arriba de la misma ya podemos ver el puerto de dicha población, al cual no hemos de llegar sino que hemos de rodear, y tras bajar por unas escaleras salimos a la carretera de Sant Pol que ya no dejaremos hasta entrar en el pueblo, al lado del comienzo del paseo marítimo, el cual también tenemos que atravesar entero aunque éste es bastante más corto que los anteriores que hemos cruzado en Palamós o en Playa de Aro, al llegar al final del paseo damos por finalizada la etapa, estamos muy cerca de la parada de autobús de la Sarfa donde esta mañana había dejado el coche al salir, pero antes de ir para allá y como nos sobra algo de tiempo antes de que se nos haga de noche, optamos por meternos en un bar a tomar un buen café caliente y comentar las vivencias de la etapa, en lo que coincidimos es en haber visto que esta etapa es una mezcla un tanto rara entre zonas muy urbanizadas con tramos de caminos de Ronda en los que parece que estés totalmente alejado de la civilización, asimismo ha sido una etapa totalmente plana excepto algunos pequeños trozos (sobretodo al salir de S’Agaró) en los que hemos tenido que ir subiendo y bajando continuamente, aunque por otro lado es lo que le da un poco de “vida” a este GR92.

Tras reponernos un poco, llegamos enseguida al coche y ponemos rumbo a casa, donde aprovechamos para ir planificando la siguiente etapa, que ya será muy distinta a todas las que hemos ido haciendo hasta ahora, ya que se adentrará en el interior y alcanzará los 500 metros de altura por lo que tendremos un desnivel importante por delante, pero eso ya será en la siguiente etapa y es otra historia… 



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