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Wednesday 14 de December de 2011, 12:16:35
INTENTO AL ARAGUELLS (3.037 M.)
Tipo de Entrada: RELATO | 5838 visitas

Ascensión al Aragüells saliendo desde el refugio de Coronas, la idea era hacer también la Aguja Juncadella y el Cregüeña, pero cuando estaba a tan solo 100 metros de la cima unos inoportunos calambres en las piernas me impidieron continuar del dolor que tenía, quedándome en el collado mientras mi compañero sí que pudo subir hasta la cima del Aragüells, aunque tuvimos que renunciar al resto de objetivos, por suerte en el descenso se me pasó un poco y conseguí llegar al coche aunque con las piernas muy agarrotadas por las rampas que me dieron, otra vez será...

Suena el despertador a las 2 de la madrugada, hacía tiempo que echaba de menos esos madrugones montañeros, ya tocaba trasnochar un poco… Con un montón de sueño me levanto con el tiempo justo de acabar de preparar los trastos y tomarme un par de cafés en casa, a las 3 he quedado con mi compi de fatigas Esteban alias “El Lute” en su casa, donde puntualmente me presento y aparece con un montón de trastos y paquetes, él solito llena todo el maletero de mi coche, la idea es irnos un par de días por la zona de Benasque y llevamos todo lo que podemos y más, creo que nos estamos volviendo demasiado cómodos…

Salimos de Mataró con el coche recorriendo el camino que tantas veces hemos hecho ya, hasta llegar a la autovía A-2 que tomamos hasta llegar a Barbastro donde ya tomamos la carretera en dirección al valle de Benasque, los kilómetros y las conversaciones se van sucediendo a lo largo de los minutos. En Graus paramos a tomar un café y nos juntamos en el bar con toda la peña que a esa hora volvían de salir de fiesta, ya que era la madrugada del sábado al domingo. En unas 4 horas llegamos a Benasque, pero nosotros continuamos más arriba hasta el desvío al Plan de la Senarta, que atravesamos para tomar la pista forestal que durante 9 kilómetros nos llevará hasta el refugio de Coronas. Bueno, lo de pista es un decir, nunca la había transitado y esperaba que estuviera en unas condiciones aceptables ya que se supone que en verano es transitada por un autobús, pero la verdad es que hay que ir muy despacio con un turismo, y aún así no evité un par de “rascadas” en los bajos del coche debido a las piedras del camino, menos mal que mi coche ya tiene sus años y no me importó excesivamente, pero si hubiera tenido un vehículo nuevo no sé si me hubiera atrevido a transitar esa pista. El autobús que sube en verano debe ser todoterreno, y aunque dicen que es caro, tener que subir todos esos kilómetros a pie y otros tantos de bajada creo que no merece la pena ya que al llegar al refugio ya estarías bastante cansado.

La cuestión es que poco a poco fuimos ganando altura y a las 8 de la mañana habíamos llegado al refugio de Coronas, donde aparcamos el coche, afortunadamente no encontramos nieve en todo el camino, tan solo un par de tramos con hielo pero que cruzamos bien. El sol todavía no ha salido pero tampoco hace un frío excesivo y no hay ni una nube en el horizonte, el día pinta fenomenal y tenemos toda la jornada por delante. La idea de hoy es subir el Aragüells, la Aguja Juncadella y el Cregüeña, dejando el resto de la cresta de Cregüeña para otro día.

Dicho y hecho cargamos con las mochilas y salimos desde la parte de atrás del refugio por lo que sería la continuación natural de la pista aunque este tramo ya no es transitable para los coches, al cabo de 5 minutos encontramos un palo indicador en el que nos hemos de desviar hacia la izquierda para seguir nuestro camino remontando el barranco de Coronas, el camino está bien marcado y no hay pérdida posible, al fondo ya comenzamos a ver la cascada que baja del ibonet de Coronas, la cual bordeamos por la parte derecha en el sentido de la subida, poco a poco los árboles van quedando atrás y la vegetación va desapareciendo, el paisaje comienza a tener la pinta de alta montaña.

Vamos a buen ritmo, sobre los 2.300 metros de altitud comienzan a aparecer los primeros tramos con nieve, la cual está muy dura pero se pisa sin problemas, no hay pasos comprometidos, aunque 15 minutos más tarde optamos por parar y ponernos los crampones, iremos más seguros ya que a partir de ese momento la nieve ya está presente de una forma continua y sigue estando bastante dura, aunque hay una huella abierta de gente que ha pasado por aquí anteriormente.

Tanto el Aragüells como la Punta Juncadella son visibles durante buena parte de la ascensión y parecen mucho más cerca de lo que realmente están, pero ya se sabe que en la montaña las distancias no son lo que parecen y sabemos que todavía queda un buen rato para llegar hasta la cima. Pasado el ibón inferior y el ibón medio, que están completamente helados, aprovechamos para descansar un poco antes de encarar la subida final, vamos bien de tiempo y hace un tiempo fenomenal, con el sol que ya ha salido y nos comienza a calentar y sin nada de viento, incluso hasta tenemos algo de sensación de calor a pesar de la altura a la que nos encontramos.

Todo pinta muy bien pero al continuar la marcha me comienzo a notar los músculos de las piernas muy cargados, y aunque al principio no le doy mucha importancia, al cabo de unos metros se me acaban agarrotando los músculos de una pierna, tanto que al final me comienza a dar calambres y soy incapaz de continuar del dolor que me produce, cambio de postura la pierna para ver si así se me pasan las rampas, pero en cuanto comienzo a caminar de nuevo se me vuelven a tensar por completo y veo las estrellas nuevamente del dolor, así es imposible continuar. Le comento el problema que tengo al Lute y me saca de su botiquín una pomada para que me la aplique, la verdad es que noté algo de mejoría, pero el problema era que ahora los calambres me estaban comenzando en la otra pierna por encima de la rodilla, nuevamente se me agarrotaban los músculos hasta acabar con un dolor extremo, me tenía que ir sentando en la nieve a cada minuto para estirar las piernas, pero en cuanto me ponía en pie se me volvían a cargar de nuevo, ya incluso sin caminar, imposible continuar así.

Lo peor de todo es que estaba a solamente 100 metros de la cima, en unos 10 minutos más habría llegado, pero me era totalmente imposible continuar y me faltaba aún toda la bajada, eran 1.000 metros de desnivel hacia abajo que en ese momento no sabía si podría afrontar tal y como estaba, si no mejoraba no sabía como saldría de allí, no se me pasaba por la cabeza tener que llamar a un helicóptero…

A la vista de la situación le dije al Lute que continuara él solo hasta la cima, ya que habíamos llegado hasta allí no íbamos a volvernos de vacío ninguno de los dos, yo lo esperaría sentado y si podía seguiría avanzando hacia arriba. Dicho y hecho, él continuó solo hacia la cumbre del Aragüells, y aunque yo intenté seguir un poco más, enseguida me di cuenta que no llegaría muy lejos, tampoco quería forzar los músculos más todavía, necesitaba reposar unos minutos pero me preocupaba la bajada. La verdad es que allí sentado esperando en el collado de Cregüeña se estaba muy bien, no hacía nada de viento y el solecito me calentaba bastante mientras veía como Esteban iba subiendo poco a poco y acababa llegando a la cima del Aragüells, por lo menos uno de los dos lo habíamos conseguido aunque me daba rabia estar a tan solo 100 metros de la cima, verla allí al lado y no poder dar ni un paso más hacia arriba, otra vez será…

Mientras esperaba podía ver como algunos excursionistas subían por el corredor Estasen hacia la cumbre del Aneto, que quedaba justo enfrente, pude distinguir hasta 3 cordadas diferentes, otro día nos tocará hacerlo a nosotros, la verdad es que tenía muy buena pinta y se veía totalmente practicable en esa época.

Cuando Esteban bajó de la cima y llegó hasta el collado donde le estaba esperando, le dije que también podía ir a subir la Aguja Juncadella, se veía muy cerca también y ya que estábamos allí había que aprovechar la oportunidad, pero prefirió no subir para que yo no tuviera que estar esperándome de nuevo solo abajo, aunque teníamos tiempo de sobra todavía, pero al final tomó la decisión de renunciar y de ir tirando hacia abajo por si acaso viendo mi estado. Y lo de subir también el Cregüeña ya quedó totalmente descartado. La verdad es que el descanso me vino bien porque pude relajar un poco los músculos de las piernas, pero cada cierto tiempo durante la bajada tenía que seguir parando a estirarme por completo ya que se me volvían a cargar, menos mal que en la bajada fue bastante menos, supongo que era porque la posición de las piernas en la bajada era diferente a la subida, aún así tuve que parar varias veces, nos lo tuvimos que tomar con bastante paciencia pero metro a metro fuimos descendiendo hasta llegar de nuevo abajo hasta el coche.

La verdad es que nunca me había sucedido lo de este día, otras veces habíamos caminado mucho más, habíamos hecho mucho más desnivel o habíamos ido por terrenos más abruptos, pero nunca había sufrido tirones musculares hasta el punto de no poder dar ni un paso más del dolor que me daba, quizás se debió a una mala hidratación o a que no comí adecuadamente antes de hacer la salida, no sé…

Al llegar abajo entramos al refugio de Coronas para echar un vistazo, había una pareja en su interior intentando encender la chimenea, se veía con capacidad para unas 8 personas cómodamente instaladas aunque estaban todas las literas ya ocupadas con sacos, no me extraña al ser un punto bastante concurrido por la proximidad de varios picos. Al llegar al coche nos cambiamos de ropa, comimos un poco y comenzamos a descender de nuevo por la pista forestal, pero seguía teniendo las piernas tan agarrotadas que incluso conduciendo me seguían dando calambres, al final tuve que dejar que el Lute llevara mi coche hasta abajo, ya que necesitaba tener las piernas estiradas.

Al día siguiente teníamos pensado de ir a subir el Vallibierna, pero a la vista de cómo me encontraba yo y aunque tenía toda la noche por delante para descansar, lo acabamos descartando y optamos por ir a hacer un par de ferratas por la zona en plan más tranquilo. Ya sin prisas llegamos de nuevo hasta el Plan de Senarta, donde decidimos acampar, pero primero decidimos acercarnos hasta Benasque para hacer tiempo e ir a tomar algo, y como no, para echar un vistazo a las tiendas de artículos de montaña, donde al final el Lute acabó comprando un saco de plumas para estrenarlo esa misma noche, ya que los que traíamos no es que abrigaran mucho precisamente. Tras dar una vuelta por el pueblo subimos de nuevo al Plan de Senarta ya de noche, montamos la tienda y nos preparamos la cena, esa noche estrenábamos también la tienda que habíamos comprado, una Vaude Power Odyssee, aunque estaba claro que aquel no era el mejor sitio para probar las cualidades de esta tienda, otro día ya tendremos ocasión de probarla en otras condiciones más duras a ver que tal se porta.

Por la noche afortunadamente pude descansar bien y no tuve más molestias en las piernas, lástima que por culpa de ello nuestros planes para esos dos días se fueran al traste, pero al día siguiente por lo menos pudimos hacer dos ferratas nuevas para acabar de echar el día, aunque eso ya forma parte de otra historia…

 

 



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