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Sunday 16 de April de 2006, 09:00:36
GR92 - ETAPA 2: DE LLANÇA A CADAQUES
Tipo de Entrada: RELATO | 2793 visitas

Segunda etapa del GR92, desde Llançà a Cadaqués, con un total de 18,6 kilómetros. La ruta pasa por el pueblo de Port de la Selva y atraviesa por el interior el macizo del Cap de Creus, una combinación de mar y montaña en una misma etapa.

Tras haber finalizado la primera etapa del GR92 en la que tuvimos nuestra primera toma de contacto con este sendero y que nos sirvió de pequeño aperitivo, hoy comenzaremos la segunda que saliendo desde Llançà nos llevará hasta el pintoresco pueblo de Cadaqués. En esta etapa ya se incrementan el número de kilómetros (19 kms. en total) así como el desnivel ya que tendremos que atravesar todo el Cap de Creus.

Nuevamente me acompañará Marta, como en las demás etapas, juntos comenzamos este camino y juntos lo acabaremos si todo sale bien, aunque todavía nos queda mucho, estamos solo en la segunda etapa y son 31 en total.

Salimos muy temprano desde la población de Llançà, donde hemos dejado el coche, la idea es volver luego en el autobús de la Sarfa que saldrá por la tarde desde nuestro destino. Todavía no ha salido el sol pero ya comienza a clarear el día, y como queremos evitar el calor en todo lo posible nos ponemos a caminar enseguida. Salimos desde el paseo marítimo donde finalizamos nuestra anterior etapa y comenzamos a seguir la línea de la costa hacia la derecha, subiendo inicialmente por unas escaleras con las que conseguimos ganar altura y obtener buenas vistas. El camino discurre paralelo al mar por el Camino de Ronda, que son caminos que van bordeando los acantilados de la Costa Brava y que nos iremos encontrando en varias ocasiones a lo largo de todas las etapas que discurran cerca de la costa.

Atravesamos unas pequeñas calas hasta que llegamos a la playa de La Farella, la cual cruzamos para continuar por el otro extremo, para enseguida llegar hasta la playa de Les Tonyines, aunque desde aquí da la impresión que pocos atunes hay, siempre he tenido curiosidad por saber de donde sacarán los nombres de los lugares, supongo que alguna explicación ha de tener…

Atravesamos una urbanización que hay al lado de la playa, y tras cruzarla volvemos a llegar a otra playa, en esta ocasión es la playa del Cau del Llop. El camino intenta seguir siempre la primera línea de la costa, motivo por el cual estamos recorriendo todas las playas y todas las calas que puedan haber, lo bueno de estos sitios es que al ser menos accesibles con el vehículo están más tranquilos y solitarios, ya tendremos tiempo, dentro de unas etapas más, de llegar a las zonas masificadas por el turismo, sobretodo el extranjero, y donde no encontraremos la solitud que ahora tenemos en estos parajes.

Marta me comenta (lo hace siempre que viene a la Costa Brava) que le gustaría comprarse una casita en algún lugar como éste, alejado de todo y muy cerquita del mar, en fin, dicen que soñar es gratis… El que sí que ha visto cumplido su sueño es quien se ha construido su casa encima de la Punta d’en Feliu, en el lugar más privilegiado de todos, justo encima de un saliente que se adentra en el mar, mejor ubicación imposible, eso si es estar al lado del mar.

Al cabo de unos minutos de continuar por la serpenteante costa llegamos hasta el faro de S’Arenella, desde aquí las vistas a ambos lados de la costa son espectaculares, la verdad es que sólo por las vistas que nos ofrece el GR92 vale la pena hacerlo, aunque no sean las etapas completas, pero es un itinerario que de momento nos está gustando muchísimo. Desde aquí ya comenzamos a ver más cerca el siguiente pueblo que atravesaremos, el Port de la Selva.

Continuamos caminando y llegamos a la playa del Port de la Vall, la cual diría que es la más larga de todas las que hemos venido atravesando, justo al lado de la misma hay un camping, aquí los campistas lo tienen de maravilla ya que caminas muy pocos metros desde la parcela y ya estás en medio de la playa, todo un lujo. En unos pocos minutos más entramos en la población del Port de la Selva, con su extensa playa, donde paramos a descansar.

 Aprovechamos esta primera parada para comer un poco sentados en un banco justo al lado de la playa, la verdad es que tenemos bastante hambre ya que esto de caminar hace que nos entre el apetito. El pueblo se ve muy tranquilo, se nota que todavía no ha llegado el verano en el que seguro que estará abarrotado de turistas.

A partir de este momento dejaremos de caminar siguiendo la línea de la costa y nos adentraremos hacia el interior, el GR en vez de atravesar la población se desvía hacia la derecha siguiendo la carretera que lleva a Cadaqués. Aquí el GR92 coincide con el GR11 pirenaico, un sendero que recorre toda la cordillera de Los Pirineos desde el Cap de Creus en Cataluña hasta Irún en el País Vasco, siguiendo de cerca la frontera de Francia. El GR11, al contrario del que estamos haciendo ahora, transcurre por zonas muy elevadas, algunas cercanas a los 3.000 metros, todo lo contrario de nuestro camino que está justo al lado del mar. No descartamos en el futuro atrevernos a hacer también el GR11, todo llegará…

Tras salir del Port de la Selva continuamos por la carretera, al cabo de pocos minutos sale un camino a la izquierda que nos llevará paralelo a la carretera para luego volver a ella unos metros más adelante, supongo que lo habrán hecho para evitar todo lo que se pueda de tramos asfaltados, con el consiguiente riesgo de circulación de vehículos ya que el arcén es escaso.

En un momento dado el camino sale nuevamente a la izquierda de la carretera. Ahora vendrá la parte más cansada de la excursión, ya que el camino comienza a ir ganando altura de una forma constante. El sol comienza a apretar y como las sombras son escasas el sudor comienza a empaparnos totalmente, la subida parece no tener fin, de hecho tenemos que llegar casi hasta los 400 metros de altura, el macizo del Cap de Creus aún estando cerca del mar en algunos momentos se eleva bruscamente. El camino transcurre por un camino de tierra a pleno sol. Este tramo comienza a parecerse a un pequeño desierto, el agua de las cantimploras vuela que da gusto y por esta zona no hay ninguna fuente, menos mal que vamos bien provistos. Este camino en pleno verano tiene que ser un infierno, hasta que no lleguemos a la playa no tendremos posibilidad de refrescarnos.

Lo bueno de las subidas es que contra más altos estamos más se nos abren las vistas y más podemos disfrutar del paisaje que nos rodea. El Cap de Creus se nos antoja infinito ya que no llegamos a ver el final aunque lo podemos intuir en la lejanía. Hace tiempo estuvimos en la punta del Cap de Creus para ir a ver el comienzo del GR11. Cuando estábamos allí, dada la posición geográfica que tiene, de toda España éramos las personas que más al Este de la península estábamos, lo cual nos resultó curioso, es como el que sube al Everest y sabe que el resto del mundo está por debajo de él en ese momento.

Después de la larga subida llegamos por fin al Mas dels Bufadors, donde aprovechamos para descansar un poco. Al llegar al filo de la cadena vemos por primera vez al otro lado la población de Cadaqués al final de la bajada. El paisaje ha cambiado por completo desde que esta mañana salimos de Llançà, ahora se parece más a un paisaje de interior que no de la costa. La etapa se nos está haciendo más larga de lo que esperábamos, supongo que será porque como la otra fue tan corta pensábamos que ésta aunque sea más larga no era para tanto.

Comenzamos la bajada final hacia nuestro destino, aunque a Marta le comienzan a molestar las botas de montaña y le comienzan a doler los pies por lo que el último tramo lo tenemos que hacer a paso moderado ya que a cada paso que da le duele más, menos mal que ya nos falta poco. Además, el último tramo de bajada se nos hace bastante monótono ya que transcurre por caminos de tierra con varios muros de piedra bajos en los laterales del camino, creando como una especie de pasillos por donde va la pista, que en algunos momentos es bastante pedregosa.

Nos damos cuenta que esta etapa nos ha servido para ver que necesitamos tener una mejor forma física ya que llegamos bastante cansados por la paliza que nos hemos metido, pero contentos de poder haber superado una nueva etapa. Al cabo de un rato conectamos con la carretera de entrada a Cadaqués y en un pocos minutos entramos por fin en el pueblo, donde aprovechamos para hacer el último descanso ya que todavía queda un buen rato hasta que llegue el autobús. Después de haber respuesto fuerzas no dejamos pasar la oportunidad de dar un pequeño paseo por el pueblo de Cadaqués, que creo que es uno de los pocos pueblos de la Costa Brava que todavía conserva su encanto, afortunadamente aquí no han construido grandes hoteles ni edificios altos de apartamentos, todavía le queda parte de su pasado como pueblo de pescadores, esperemos que siga así durante mucho tiempo.

Finalmente llega el autobús a la parada que hay en la entrada del pueblo y volvemos hasta Llançà para coger de nuevo el coche y volver para casa, ya tengo ganas de ver como será la siguiente etapa, este GR92 nos está enganchando…




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