Thursday 10 de March de 2011, 18:11:42

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Ascensión al Coma d'Or, de 2.826 metros, situado en Francia en la zona del collado de Puymorens, haciendo un recorrido circular, subiendo por la pista del Cortal Rossa siguiendo inicialmente el ARP hasta el lago de Coma d'Or, subir la cima y posteriormente descender por el collado de Engracia. Estuvimos solos durante todo el día y aunque el día fue empeorando ligeramente, pudimos hacerla bien a pesar del fuerte viento que soplaba en la parte final.

Aprovechando que la previsión del tiempo dicen que va a ser buena, volvemos a traspasar la frontera para adentrarnos nuevamente en territorio francés con el objetivo de intentar la ascensión al Coma d’Or, de 2.826 metros de altitud. Hace tiempo ya lo intentamos pero en aquella ocasión había caído una nevada reciente y acabamos agotados de tanto hundirnos en la nieve al no llevar el equipo adecuado, en aquella ocasión nos tuvimos que conformar con subir solamente hasta el Tossa Rodona.

Tras pegarme uno de los habituales madrugones como siempre que voy a hacer alguna ascensión a los Pirineos, pasa a recogerme a las 4 de la madrugada Esteban alias “el Lute” con su coche, y como siempre me pasa he acabado durmiendo poco la noche anterior, menos mal que el café hace milagros…

Vamos un día entre semana por lo que a esa hora no encontramos nada de tráfico, la autovía de Vic está casi desierta y vamos bastante rápido, lo malo es que tenemos por delante luego la interminable Collada de Tosas, tardamos prácticamente el mismo tiempo en atravesar la Collada que en llegar hasta Ribes de Freser. Para dar una idea del poco tráfico que encontramos, durante los 50 kilómetros de la Collada no nos cruzamos con ni un solo coche…

Antes de meternos en Francia hacemos una parada “técnica” en Puigcerdá para meternos otro café en el cuerpo, a esa hora el bar está lleno de currantes que comienzan su jornada laboral y no pegamos mucho allí con nuestra indumentaria de montañeros. Tras la pausa enseguida nos metemos en Francia y comenzamos el ascenso hasta el Coll de Puymorens, punto inicial de la excursión.

El día comienza a clarear, son las 7:30 y el coche marca que la temperatura exterior es de 6 grados bajo cero, lo que hace que nos cambiemos de ropa dentro del coche, entre el frío y el viento de fuera no hay quien pare allí unos pocos minutos. Vemos que la nieve no es demasiado abundante, nada que ver cuando vinimos el año anterior y sólo pudimos llegar hasta el Tossa Rodona, esta vez venimos con las raquetas, crampones y todo lo necesario para no volver a fallar.

La idea es hacer la ruta circular, así que comenzamos a caminar hacia el Este hasta llegar a la pista por donde pasa la ARP (Alta Ruta Pinenaica), la cual seguimos hacia su derecha. En este primer tramo la nieve es bastante escasa y la pista va ganando altura muy poco a poco, casi sin enterarnos, lo cual es de agradecer nada más comenzar para que no nos pille muy en frio. Al cabo de unos minutos comienza a asomar el sol por encima de las montañas, un pequeño alivio para subir algo la temperatura.

Caminando por la pista a mano derecha bastante abajo va quedando el pueblo de Porté, este primer tramo había leído que es propenso a los aludes aunque hoy la escasez de nieve nos tranquiliza en ese sentido. Al cabo de unos minutos llegamos hasta la cabaña de Cortal Rossa, pequeña, pero que en una emergencia te puede sacar de un apuro, eso sí, no tiene literas ni mantas ni nada, aunque en la estantería había un buen surtido de botellas de vino vacías, aquello más que una cabaña parecía una bodega.

Tras comer un poco dentro de la cabaña seguimos por la pista, la cual unos minutos más adelante tenemos que dejar para desviarnos hacia la izquierda, aproximadamente al llegar a unas instalaciones hidroeléctricas, donde vemos que la traza que veníamos siguiendo hasta ahora por la pista desaparece por completo, así que toca tirar de mapa y de GPS para saber que tenemos que tirar dirección Norte, ya ganando altura de una forma más evidente, en dirección al lago de la Coma d’Or. Aquí el grosor de la nieve es más notable y hace que nos hundamos bastante al abrir huella, por lo que decidimos ponernos las raquetas, todo un alivio porque al tener más superficie de contacto hace que la huella no se hunda tanto, aunque ese día se me hacían pesadas las raquetas y notaba un ligero cansancio en las piernas. El sol que nos había acompañado durante un rato acabó tapado por las nubes, un sol que ya no volveríamos a ver en todo el día ya que las nubes fueron en aumento durante el día.

Llegamos al lago de Coma d’Or, completamente congelado, te lo encuentras enseguida de repente nada más llegar a él, aquí el grosor de la nieve casi ha desaparecido debido al efecto del viento que la ha arrastrado hacia abajo, así que decidimos quitarnos las raquetas para continuar “a pie”. Ahora el principal problema lo constituye el viento, que sopla bastante fuerte desde el otro extremo y nos va a acompañar de una forma bastante molesta hasta llegar a la cima. Hacia la izquierda vemos la collada de Engracia, por donde bajaremos a la vuelta.

Comenzamos a dirigirnos hacia la cima siguiendo el perfil de la ancha cresta sin ninguna dificultad, desde aquí el Puigpedrós de Lanós se muestra imponente con su cresta, aunque nuestro objetivo de hoy queda en primer término y se muestra más asequible. En algunos tramos la nieve helada nos obliga a ponernos los crampones, si no queremos acabar rodando hacia abajo por algún inesperado resbalón. Al llegar a una pequeña zona plana que hay un poco antes de llegar a la cima, decidimos dejar allí las mochilas para aligerar peso, el camino ya se ve de una forma evidente y en todo momento quedarán visibles mientras subamos. Además no hemos visto ni un alma en todo el día, al ser un día entre semana y con una previsión de tiempo que no era del todo buena ya contábamos con eso, la sensación de solitud es total ya que como tampoco se ven edificaciones ni carreteras ni nada desde aquí, solo montañas, te da la sensación de estar en medio de la nada, todo un lujo hoy en día.

El último tramo de subida es el que no se nos hace más durillo, no es muy largo pero me noto bastante cansado (siempre digo que me tengo que poner más en forma y luego nunca lo hago), aunque poco a poco vamos subiendo y finalmente conseguimos llegar a la cima del Coma d’Or, a 2.826 metros de altura. Arriba del todo hay un tramo un pelín delicado al estar nevado pero con cuidado lo pasamos sin problemas. Lo que no nos atrevemos es a cruzar la finísima cresta de roca que separa nuestra posición de la cima norte, donde hay una pequeña cruz, el hecho de que a banda y banda de la cresta haya una caída de las que quita el hipo, que aquello estaba nevado y helado y que no llevábamos material de aseguramiento nos hizo desistir, no valía la pena jugarse el pellejo por avanzar unos metros más en esas condiciones. Además los golpes de viento que soplaban a rachas fuertes terminó de convencernos que era mejor quedarnos donde estábamos.

Tras hacer las fotos de rigor hacia todas partes nos dirigimos hacia la “otra” cima del Coma d’Or, mucho más redondeada, donde hay dos montones de piedras, la verdad es que no sé cual de las dos era más alta, a simple vista parecían más o menos iguales. Al estar las nubes bastante altas, nos permitió disfrutar de unas vistas excepcionales. Si hubiéramos tenido más tiempo no habríamos descartado subir el Puigpedrós de Lanós, aunque habría sido bajando y subiendo de nuevo, ya que había leído que la cresta que lo une con el Coma d’Or es bastante técnica con pasos de IV grado, y con la nieve y el hielo que podía haber a saber como estaría aquello. El viento ahora se había vuelto mucho más violento así que no estuvimos mucho tiempo arriba y comenzamos el descenso de nuevo para que no nos pegara tan fuerte, al llegar a la explanada recuperamos las mochilas de nuevo y nos dirigimos hacia el collado de Engracia (o de García como he leído por ahí también).

Al llegar al lado del Coma d’Or, por donde habíamos subido, seguimos rectos y ganamos ligeramente algo de altura hasta llegar al collado, desde donde ya se intuye al fondo del valle la carretera y el Coll de Puymorens, no parece que esté tan lejos pero como siempre en la montaña las distancias engañan y todavía tardaríamos un buen rato en llegar hasta la carretera.

En el collado se había formado una cornisa de nieve bastante alta, pero lo más curioso es que a simple vista casi no se apreciaba, y sino que se lo pregunten a mi compañero Esteban, quien confiado en que aquello descendía de una forma moderada, comenzó a caminar y nada más salir del collado lo vi desaparecer hacia abajo, como si hubiera saltado al vacío, por suerte se pudo frenar unos metros más abajo mientras no salía de su asombro por no haber visto que desde lo alto de la cornisa no había camino sino una pared casi vertical, la verdad es que casi no se apreciaba, se veía todo blanco y no se distinguían los relieves de la montaña. Eso sí, tras ver el leñazo que se había metido yo bajé por otro lado…

Por suerte no tuvo mayores consecuencias así que continuamos hacia abajo caminando, ahora ya de una forma bastante rápida, la nieve estaba bastante dura y podíamos avanzar a buen paso, la carretera que ya se ve al fondo parece que siempre esté a la misma distancia, como si no estuviéramos avanzando nada. Más allá vemos la zona de los picos de la Mina, Valletes, Fontfreda, etc. cuyas cimas ya habíamos alcanzado en otra excursión anterior. De hecho con esta subida al Coma d’Or prácticamente ya tenemos “cubierta” toda la zona de Puymorens, siempre que hemos venido a esta zona ha sido en invierno, nada que ver con las reseñas que aparecen por internet que mayoritariamente son del verano.

A medida que vamos perdiendo altura el grosor de la nieve también va menguando e incluso hay tramos que ya comienzan a estar limpios de nieve, pero por no entretenernos más tiempo nos dejamos los crampones puestos hasta llegar al parking, tampoco nos molestan y lo que hacemos es buscar las zonas con nieve o hielo para pisar. La bajada se nos hace algo larga por lo que optamos finalmente por parar un poco a comer algo, que en la cima con tanto viento no hemos tenido ocasión de probar bocado, eso sí, estamos muy poco tiempo, el aire ya comienza a estar bastante frío y en cuanto nos paramos un poco lo notamos enseguida.

Pero finalmente llegamos al parking donde hemos dejado el coche, y como siempre lo primero que hacemos es cambiarnos la ropa, para mí uno de los peores momentos de las excursiones porque al quitarte la ropa sudada te quedas helado enseguida, pero es que además la ropa de repuesto que se ha quedado en el coche durante todo el día, está también muy fría y en cuanto te la pones comienzas a maldecir un montón de cosas mientras intentas entrar en calor como sea, hasta que no arrancamos el coche y ponemos un rato la calefacción la verdad es que se pasa un mal rato!!!

Ahora ya sólo nos queda volver a España (siempre me hace gracia cuando le digo a los amigos que me he ido “al extranjero” a subir una montaña, aunque esté aquí al lado), nos tomamos con muuuucha calma la interminable Collada de Tosas, paramos a echar un último café en Ribes de Freser y para casita, como siempre comentando lo que ha dado de sí la jornada, afortunadamente esta vez la excursión ha salido bien y hemos conseguido nuestro propósito, es hora de ir planificando la siguiente...

Álbums de Fotos relacionados:

• COMA D´OR (2.826 M.)

2 Comentarios

Enviado por Rapaz el Friday 11 de March de 2011

“Joer, pero esto de cuando es?? estuve el domingo y en mis fotos hay mas nieve!!!!!! El coma d'or tiene su puntito al final, el tramo de arista. El domingo estaba gracioso el paso ese.Felicidades pr la ascension i Salut”

Enviado por Hacha el Friday 11 de March de 2011

“Hola Rapaz, es que como sabías que ibas tú dije que echaran más nieve en la montaña para ponértelo difícil jajaja.
La salida es de principios de Febrero, como voy tan liado no he podido colgarlas hasta ahora, ya vi tus fotos y ya vi como ha cambiado la zona, me alegro que tú también llegaras arriba, eso sí, tu bajaste en un momento esquiando y yo tardé un buen rato a patita :-(”