MIS AVENTURAS MONTAÑERASMIS AVENTURAS MONTAÑERAS
 HACHA HACHA
Estas en » MIS AVENTURAS MONTAÑERAS » Archivo de Relatos » November 2010 » Intento Al Tuc De Mulleres (3.010 M.)
Tuesday 16 de November de 2010, 10:05:38
INTENTO AL TUC DE MULLERES (3.010 M.)
Tipo de Entrada: RELATO | 1698 visitas

Intento de ascensión al Tuc de Mulleres saliendo desde la boca sur del túnel de Viella, a partir de los 2.000 metros encontramos una nieve tan blanda y profunda que nos obligaba a ir abriendo huella constantemente durante todo el camino con un avance muy lento. Después de varias horas avanzando así solamente conseguimos llegar hasta el refugio de Mulleres, y entre el cansancio acumulado y que el tiempo que nos echaba encima tuvimos que dar media vuelta de nuevo hasta el parking, está claro que no era el mejor día para intentar la subida...

Este año no estamos teniendo suerte con los tresmiles del Pirieneo, debemos de tener un gafe o algo así, porque hemos subido varios picos de diferentes altitudes y dificultades pero cada vez que hemos intentado subir alguno de más de 3.000 metros nunca lo hemos conseguido, es el tercer intento este año y esta vez tampoco ha sido posible en el Tuc de Mulleres, como anteriormente tampoco pudimos conseguirlo ni el Comaloforno ni en la Pica d’Estats, pero lo seguiremos intentando…

Esta salida comienza el 5 de Noviembre, la idea era subir un tresmil antes de que comenzaran los rigores del invierno en la alta montaña y los días fueran más cortos en cuanto a horas de luz, y la intención era subirlo del tirón, o sea, en el mismo día llegar, subir, bajar y volver a casa. Finalmente optamos por el Tuc de Mulleres ya que según había leído en varias reseñas era uno de los más asequibles. Sabíamos que hacía unos 4 o 5 días había caído una buena nevada en la zona, pero estábamos confiados en que la nieve ya estaría bastante dura o que ya encontraríamos alguna huella abierta de alguien que hubiera pasado durante estos días, nada más lejos de la realidad…

Como la jornada se prevé muy larga, toca meterse un madrugón de los buenos, así que a la 1 de la noche me levanto, he quedado a las 2 con mi compañero de fatigas Esteban alias “el Lute”, tenemos que aprovechar al máximo las horas de luz que hay en esta época. A veces me pregunto para qué me acuesto ya que apenas duermo con estos madrugones, estoy acostumbrado siempre a acostarme tarde por lo que cada vez que intento dormirme más temprano no lo consigo y al final apenas duermo nada.

Pero una vez en pie y con un buen par de cafés en el cuerpo preparo la mochila con todos los trastos y ponemos rumbo al Valle de Aran, lo mejor de circular a estas hora es siempre el escaso tráfico que te encuentras, todo un lujo en estos días. El tiempo se presenta muy bueno y está todo el cielo estrellado. Tenemos intención de parar el algún sitio a tomar otro café pero dudamos que a esas horas haya algo abierto, sorprendentemente al llegar a Pont de Suert encontramos un bar abierto a las 5 de la mañana así que sin dudarlo entramos y nos metemos otro par de cafés en el cuerpo, que nos sientan de maravilla. Tras esa pequeña pausa y tras unos cuantos kilómetros más por fin llegamos a nuestro punto de salida, en la boca sur de túnel de Viella, justo encima de la entrada hay un parking donde podemos dejar el coche.

Nos damos cuenta que quizás hemos venido demasiado pronto, son las 6 de la noche y todavía está todo oscuro, pero para no perder tiempo decidimos ponernos los frontales y comenzar a caminar, así ya tendremos ganado todo ese recorrido para cuando se haga de día, bajamos una pequeña rampa hasta llegar justo al lado del rio y ahí ya encontramos el camino, que inicialmente siempre va por la parte de derecha del mismo en el sentido de subida, por lo que no debería haber pérdida posible, al principio el camino es algo más ancho y luego el sendero se estrecha.

Se supone que desde el parking podemos ver la cima del Tuc de Mulleres pero al ser de noche pues poca cosa vamos a ver, así que vamos avanzando metros, no hace mucho frío y el desnivel en este primer tramo es bastante suave, podemos intuir la nieve a partir de los 2.000 metros más o menos.

En unos 20 minutos llegamos a una gran cascada que queda a nuestra izquierda, al ser de noche sólo escuchamos el estruendo del ruido del agua pero a la vuelta vimos que era bastante grande. La rodeamos por la derecha y volvemos a llegar hasta otra zona más plana, donde el agua ha formado algunos remansos y está más calmada, es la zona conocida como la Pleta de Mulleres.

El camino está siempre indicado con hitos de piedras en lugar de pintura, y siempre vamos a ir en dirección Oeste a la derecha del rio. El día comienza a clarear y apagamos los frontales aunque el sol todavía tardará un rato en salir ya que ha de asomar por encima de las crestas que nos envuelven y se tiene que poner más alto, siempre es todo un espectáculo ver salir el sol desde la montaña, es uno de mis momentos preferidos.

Vamos bastante contentos porque más o menos vamos cumpliendo los tiempos que marcan las reseñas, somos conscientes que esta excursión es larga pero si todo va bien tendremos tiempo de sobras para acabarla.

Al cabo de un tiempo llegamos a una segunda cascada que queda justo al lado del camino, aquí encontramos un pequeño trozo donde necesitaremos las manos para agarrarnos aunque no tiene ninguna dificultad y es muy corto, y tras superar este pequeño tramo nos queda delante todo el barranco de Mulleres, lleno de piedras y rocas por todas partes, el camino aquí desaparece y se trata de ir pasando por encima de los enormes bloques de piedra que hay, que como siempre están marcados con montoncitos de piedras pequeñas.

Al llegar al fondo del barranco dudamos sobre el camino a seguir, aquí la nieve ya ha hecho acto de presencia y cubre algunos tramos. En un momento dado no conseguimos ver más montones de piedras (en la bajada sí que los vi y eran bastante evidentes, pero en aquel momento no supe distinguirlos), y como vemos el barranco muy cerrado y vertical, optamos por desviarnos hacia la derecha subiendo por una ladera que hay, lo malo es que vemos restos de un pequeño alud y no nos hace mucha gracia pero creemos que tampoco hay tanta nieve como para que pueda ser peligroso.

Esteban me comenta que prefiere subir por otro sitio algo más cerca de la pared del barranco y yo giro totalmente hacia la derecha, ya nos encontraremos más arriba de nuevo. El principal problema es que encontramos la nieve demasiado blanda y no aguanta nada de nuestro peso, por lo que a cada paso se nos hunde media pierna y hace que el avance nos cueste mucho más, intento siempre ir buscando las zonas con más rocas o matojos para tener algo más sólido bajo mis pies, pero hay tramos en los que es imposible y toca hundirse una y otra vez, esto hace que nuestro ritmo baje considerablemente y comencemos a acumular retraso en el horario previsto.

El rio ya no se oye y el silencio lo invade todo, además estamos completamente solos (no llegamos a encontrar a nadie en todo el día), siempre es una sensación extraña cuando estás acostumbrado al jaleo constante de la ciudad. El sol ya nos da de lleno lo cual siempre es de agradecer cuando la temperatura es baja, aunque el frio no era excesivo.

Me está costando bastante trabajo subir esta parte de la ladera por la gran cantidad de nieve que hay y tengo que ir parando frecuentemente. Comienzo a ir girando hacia la izquierda ya que supongo que Esteban está subiendo por esa zona, y efectivamente más adelante nos encontramos de nuevo, al igual que yo me comenta que se le está haciendo muy dura la subida por toda la nieve que hay, confiamos en que no todo el camino sea así…

Pero para disgusto nuestro, en vez de mejorar la situación cada vez se iba poniendo peor, ahora el grosor de la nieve era lo suficiente para que se nos hundiera la pierna entera completamente, lo peor de todo es caminar así, con la pierna hundida hasta las trancas teníamos que sacar la otra que a su vez se volvía a hundir completamente, y así una y otra vez… cada pocos pasos teníamos que ir parando porque aquello nos agotaba completamente, y nos teníamos que ir relevando para abrir huella, cuando me ponía detrás era bastante fácil seguir la huella pero yendo delante era una pesadilla, costaba mucho avanzar.

Como pudimos comprobar vimos que ni la nieve estaba dura como para ir con los crampones tranquilamente ni nadie había pasado por allí en toda la semana porque no había ninguna huella abierta, en algunos tramos algo más hacia la izquierda más cerca del rio parecía distinguirse alguna traza pero o bien era de hacía muchos días o bien la nieve las había borrado bastante, lo que estaba claro es que recientemente no había venido nadie por la zona, no era de extrañar viendo las condiciones en las que estaba esta montaña.

Así seguimos un buen rato, intentando avanzar en medio de aquella masa de nieve, había momentos en los que pensaba que hasta sería más rápido ir arrastrándonos por encima, por lo menos no nos hundiríamos tanto. Tampoco creo que si hubiéramos traído las raquetas nos hubieran servido de mucho, había bastante pendiente y al habernos desviado bastante hacia la derecha en el barranco de Mulleres estábamos intentando volver hacia el rio pero sin perder altura lo que hacía que tuviéramos que flanquear la ladera nevada, las raquetas habría molestado más que ayudado en esta zona.

Nuestras previsiones de tiempo se estaban yendo al carajo allí atrapados en medio de la nieve, era como intentar subir una montaña de azúcar, todo se desmoronaba delante nuestro y habían momentos en los que no sabías ya ni donde poner la pierna, era desesperante la lentitud que provocaba caminar así. Lo peor de todo es que no llevábamos ni la mitad de camino y ya comenzábamos a estar muy cansados de tener que caminar así todo el rato.

Decidimos por lo menos intentar llegar hasta el refugio de Mulleres y cuando llegamos hasta esa zona nos dimos cuenta que habíamos ido a parar como unos 50 metros por encima del refugio, ya que lo veíamos abajo a la izquierda junto al primer lago completamente congelado. Con lo que nos había costado subir cada metro de desnivel no quisimos bajar directamente al refugio así que optamos por seguir ladeando la montaña sin perder altura para acabar llegando al fondo del valle, pero habían grandes zonas de roca que parecían no tener continuidad al otro lado por detrás, así que muy a pesar nuestro tuvimos que comenzar a perder algo de altura, lo malo es que la bajada tampoco se hacía fácil en esas condiciones, aquí incluso nos hundíamos más aún, había momentos en los que parecía que el suelo desaparecía y que te iba a engullir la montaña, era una pasada.

Fue en ese momento cuando le comenté al Lute que había que tomar una decisión. Llevábamos 5 horas de subida y sólo habíamos conseguido llegar hasta el refugio (según las reseñas debíamos llevar unas 2 horas y media), estábamos ya muy cansados de estar todo el tiempo abriendo huella y nos quedaba todavía un buen trozo por delante sin perspectivas de que el camino fuera a mejorar, si seguíamos a ese ritmo estaba claro que se nos haría de noche. Eran solo las 11 de la mañana (habíamos salido a las 6:15) pero si hubiéramos tardado entre 3 y 4 horas más en llegar hasta la cima en esas condiciones (a este paso seguro que habríamos tardado eso), nos plantaríamos en la cima entre las 2 o 3 de la tarde, y quedaba toda la vuelta hasta el coche, y teniendo en cuenta que a las 6 de la tarde ya casi es de noche… pues lo vimos bastante claro y decidimos dar media vuelta, hubiera sido una tontería seguir más, porque estaba claro que no llegaríamos a tiempo y porque nos hubiéramos cansado más todavía innecesariamente.

Una vez más la montaña no se había dejado subir, cómo hubiera cambiado la cosa si hubiera habido alguna huella abierta o la nieve no estuviera tan blanda, en verano tiene que cambiar todo aquello completamente, de hecho prácticamente casi todas las reseñas que había leído estaban realizadas en verano, creo que solo vi una o dos hechas en invierno, que fácil se hace el camino cuando no debe haber nieve…

La decepción se apoderó de nosotros, traíamos muchas esperanzas de poder subir este año algún tresmil, y aunque dicen que a la tercera va la vencida, no fue nuestro caso y nuevamente nos quedamos con las ganas, en esos momento es cuando te das cuenta que te has metido un madrugón impresionante y un hartón de kilómetros para nada, para volverte de vacío, aunque siempre nos quedará el haberlo intentado por lo menos y la experiencia de haber estado allí en medio de aquel paisaje impresionante.

Ya que no íbamos a continuar decidimos ir a visitar el refugio de Mulleres, una pequeña construcción metálica de color naranja, había leído que en su interior habían 12 literas, visto desde fuera parece totalmente imposible dadas sus proporciones, pero al entrar vemos que efectivamente hay 12 camas, eso sí, para gente que no sea muy alta porque son bastante cortas en cuanto a longitud, aunque para pasar una noche se puede hacer un apaño. Lo mejor de todo es que por lo menos tiene emisora conectada con los bomberos para cualquier imprevisto urgente. Vimos también que habían dejado bastante comida la gente que había pasado por allí anteriormente, habían spaguettis, un bote lentejas, azúcar, sal… un poco de todo, hasta una cazuela y un hornillo para cocinar, es de agradecer siempre que haya este tipo de cosas, nunca se sabe…

Aprovechamos para comer dentro del refugio, no habíamos probado bocado aún en todo el día y cuando llevas tantas horas despierto caminando las tripas ya se habían comenzado a quejar. Durante todo el día hizo un sol radiante y nada de viento, con unas vistas muy buenas. Desde el refugio se ve la cima del Tuc de Mulleres, parecía bastante cerca pero éramos conscientes que no habríamos llegado a tiempo caminando en esas condiciones, no había ninguna huella ni traza ni nada que pudiéramos seguir para que fuera más fácil.

De haber intentado hacer la ascensión en dos jornadas, la primera desde el parking hasta el refugio y la segunda hasta la cima quizás sí podríamos haberlo conseguido, hubiéramos acabados cansados igual pero por lo menos hubiéramos tenido mucho más tiempo disponible para ir subiendo, muchas veces nos empeñamos en subir montañas en un solo día cuando lo más fácil y práctico es subirlo en dos días, luego nos pasa lo que nos pasa…

Tras acabar de comer, pues media vuelta y para abajo, aunque la bajada tampoco fue todo lo rápida que quisimos, seguíamos hundiéndonos constantemente, en un par de ocasiones probé de bajar deslizándome por la nieve, pero estaba tan blanda que nada más sentarme se me hundía todo el culo y aquello no deslizaba nada.

La bajada, aún haciéndola solamente desde el refugio se nos hizo larga, muy larga, tardamos unas 3 horas en bajar solamente del refugio al parking, hasta que no atravesamos nuevamente el barranco de Mulleres donde ya desaparecía la nieve no pudimos caminar al ritmo que hubiéramos querido, al llegar a tierra firme nos sentimos aliviamos de pisar suelo en condiciones, aunque parecía que nunca llegáramos al coche.

Nada más llegar al coche nos cambiamos de ropa, comimos algo más y pusimos rumbo de nuevo para casa, aún faltaban los 330 kilómetros de la vuelta (hicimos 660 kilómetros en un solo día entre ida y vuelta), si hubiéramos conseguido la cima no nos habría importando demasiado porque piensas que ha valido la pena, pero tener que volver sin haberlo conseguido hizo que la vuelta fuera más pesada todavía, tocaba tomárselo con calma y pensar en nuevos proyectos para más adelante, hoy no había podido ser, mala suerte, en la lucha contra la montaña es ella siempre quien tiene la última palabra… 



Álbums de Fotos relacionados:



Añadir nuevo comentario
Usuario de Madteam.net No usuario




Vista Previa



 

 
MadTeam.net | Suscribirte a este blog | Creative Commons License Blog bajo licencia de Creative Commons. | compartir este enlace en Facebook