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Estas en MIS AVENTURAS MONTAÑERAS Archivo de Relatos June 2010 Picos De La Mina (2.683 M.), Vinyola (2.752 M.), Valletes (2.793 M.) Y Fontfreda (2.738 M.)
Monday 28 de June de 2010, 07:55:53
PICOS DE LA MINA (2.683 M.), VINYOLA (2.752 M.), VALLETES (2.793 M.) Y FONTFREDA (2.738 M.)
Tipo de Entrada: RELATO | 1575 visitas

Itinerario circular con salida desde el collado de Puymorens, en la región del Capcir (Francia) que nos permite recorrer toda la zona que queda hacia el Oeste desde la salida, y que nos llevará a subir los picos de la Mina, de Vinyola, de Valletes y de Fontfreda, para volver de nuevo al punto de partida, en el parking del collado. Excursión bastante larga pero con buenas vistas, aunque el tiempo no acompañó demasiado y en la bajada final se puso a llover tras estar casi todo el día muy tapado. No vimos ni una sola persona en todo el día en aquella zona, lo que nos permitió disfrutar de estas montañas en absoluta soledad, cosa difícil de conseguir hoy en día...

Hoy queremos hacer una excursión en las que subiremos 4 picos de una tacada, que son los picos de la Mina, Vinyola, Valletes y Fontfreda, todos ellos situados en la región del Capcir, en Francia, volvemos de nuevo a traspasar fronteras, aunque sea por muy poco…

Suena el despertador a las 2:00 de la noche, he quedado con mi compañero Esteban “el Lute” a las 3:00 así que tengo el tiempo justo de desayunar algo y acabar de preparar la mochila. Vamos con todos los bártulos porque no sabemos como encontraremos la zona. Como siempre lo primero que hago al levantarme es hacer café, sin café no soy nadie…

Puntualmente salimos de casa, nuevamente tomamos la autovía de Vic (a ver cuando acabarán las dichosas obras de prolongación!), recorremos los 50 kilómetros de la collada de Toses y una vez en Puigcerda tiramos dirección al collado de Puymorens, nuestro punto de salida.

Según lo previsto, a las 6:00 llegamos al parking del collado de Puymorens, a 1.912 metros de altitud. La previsión para hoy es de mal tiempo con nubes y posibilidad de lluvia, aún así hemos decidido arriesgarnos a ir e intentarlo, no siempre vamos a tener un sol radiante en nuestras salidas.

Nada más llegar podemos apreciar que de nieve no queda casi nada, tan sólo trozos sueltos que son fácilmente evitables, por lo que dejamos en el coche las raquetas y el piolet, los crampones los llevamos por si acaso, nunca se sabe, podemos encontrar algún trozo complicado y necesitarlos aunque a simple vista no lo parece.

El día comienza a clarear y vemos que efectivamente las nubes ya nos están rodeando y que en algún momento tapas las cimas de las montañas, esperemos no encontrar niebla y tener buenas vistas aunque sea con tiempo nublado. Tras acabar de ajustar las mochilas comenzamos a caminar hacia nuestro primer objetivo del día, el pico de la Mina, que es visible en todo momento desde el camino, es el que queda más a la derecha de todo el circo que tenemos delante nuestra.

El camino inicialmente sube con una pendiente muy suave, casi ni te das cuenta que poco a poco vas ganando altura. Había leído que es una excursión muy recomendable para hacer con raquetas en invierno, pero ahora de nieve no hay nada y lo que recorremos es un ancho camino que va por la derecha de las pistas de la estación de esquí. Este primer trozo nos permite ir entrando en calor poco a poco sin demasiado esfuerzo, tampoco hace un frío excesivo, a veces echo de menos el que se haya acabado la temporada invernal, con el ruido del piolet clavándose en el hielo, las polainas hundiéndose en la nieve… hoy no toca de eso, pero la excursión se prevé bastante larga.

A medida que nos vamos acercando al pico de la Mina, la tendencia es ir girando hacia la derecha para llegar hasta el lomo de la cadena que sube hasta el pico, siempre sin desniveles excesivos, sólo en algunos repechos hay algo más de inclinación, pero nada complicado. Al llegar a lo alto del lomo, podemos ver hacia el otro lado las montañas de Andorra, con toda la zona de Grau Roig en un primer término. En esta zona el frío de repente se hace más intenso y tenemos que sacar más ropa para ponernos encima, así como el gorro y los guantes que hasta ahora no habíamos necesitado, en la alta montaña siempre es invierno aunque la época sea verano, nunca te puedes fiar del tiempo.

Vamos a buen ritmo y casi sin darnos cuenta nos encontramos ya muy cercanos a la cima, el último trozo es bastante rocoso y necesitamos las manos para agarrarnos con mayor seguridad, pero es un tramo corto y enseguida llegamos a lo alto del pico de la Mina, hemos tardado un par de horas en llegar hasta aquí desde la salida del parking.

Las vistas son muy buenas a pesar de las nubes amenazantes que nos rodean, desde aquí arriba podemos ver todo el tramo que hemos de recorrer cresteando, es un itinerario circular. A mí personalmente me gustan siempre más los itinerarios circulares que no los de ida y vuelta ya que se hacen más entretenidos al no volver por el mismo sitio. Aprovechamos que el sol se abre un poco entre las nubes para comernos un bocata y descansar un poco. No ve absolutamente a nadie en toda la zona, ni en esta montaña ni en las del alrededor, parece como si estuviéramos solos en el mundo si no fuera por la lejana carretera que vemos.

Tras el descanso, comenzamos el descenso por el lado opuesto. A simple vista impresiona un poco ver la bajada ya que no parece que haya camino fácil, pero en cuanto bajas un poco enseguida encuentras pasos factibles que nos permitirán bajar hasta la cresta que hemos de recorrer hasta llegar al collado del Orri. Esteban va delante buscando los mejores pasos, aunque éste a cualquier cosa le llama camino, cualquiera se fia… Al llegar a la cresta nos toca subir de nuevo, esta ruta circular nos hará ir ganando altura hasta llegar al pico de Valletes, el más alto de todos los que tenemos que subir hoy. De momento no hemos tenido que pisar nada de nieve, aunque en la parte opuesta vemos más restos que cubren la pared norte del circo.

Por fin llegamos al collado del Orri, es muy ancho y largo y nos permite tener nuevas vistas hacia el otro lado. Hemos visto en el mapa que hay otro pico al cual podríamos ir, el pico de Fontnegra, que queda en dirección Oeste, esto nos hace ir en contradirección a nuestra ruta de hoy pero como vamos bien de tiempo y no estamos cansados decidimos intentarlo, así que comenzamos a caminar hacia su cima. Aquí sí que vamos a tener que pisar nieve para atravesar algunas lenguas que bajan de la montaña, pero son tan cortas que preferimos no tocar los crampones de momento, la bota se hunde lo suficiente como para poder atravesarlas sin problemas.

Lo malo es que al cabo de unos 20 minutos comienza a soplar un viento tan fuerte en la zona que nos obliga a pararnos cada poco tiempo para que no nos tire al suelo. Vemos la cima todavía bastante lejos y en estas condiciones va a ser un suplicio intentar llegar. Como esta cima la teníamos como un “extra” en la ruta de hoy, decidimos dar media vuelta y abandonar el intento, todavía nos quedan otras tres montañas por delante. Si no soplara el viento tan fuerte fijo que habríamos subido pero mejor continuar con la propuesta inicial.

Por tanto volvemos tras nuestros pasos hasta llegar de nuevo al collado del Orri, que atravesaremos para ir ganando altura, sin ninguna complicación, hasta llegar a la segunda cumbre del día, el pico de la Vinyola (o Punta Vinyola como he leído en algunos sitios). Una pequeña cruz de madera entre unas rocas nos indica que aquello debe ser la cima. Desde aquí podemos ver en el extremo opuesto el pico de la Mina que hemos subido antes y casi todo el camino de subida desde el parking. De momento estamos teniendo suerte y las nubes nos están respetando, ni tenemos niebla ni llueve de momento aunque parece siempre que lo vaya a hacer de un momento a otro, lo que más me preocuparía sería que nos pillara una tormenta eléctrica, en esa zona no hay nada de refugio y la bajada sería demasiado larga como para escapar a tiempo, menos mal que de momento no hay indicios de tormenta.

Desde esta cumbre vemos la siguiente, el pico de les Valletes, aunque no se ve ningún camino evidente hasta la cumbre, la que queda más cercana, por lo que tenemos dudas de si esa será la cima o será otra que queda hacia la derecha desde el siguiente collado. Con algunas dudas nos vamos acercando y optamos por subir hasta el collado, desde allí nos damos cuenta que la cima realmente nos queda a la izquierda y que por lo tanto la hemos pasado de largo, al no haber ningún camino marcado no hemos querido subir directamente pero realmente debíamos haberlo hecho. Pues nada, nos toca retroceder un poco para ir subiendo hasta la cumbre, ésta es la más escarpada y puntiaguda de todas las que haremos hoy, y también la más impresionante, hacia el norte hay un desnivel vertical bastante considerable, según el mapa es zona de escalada y hay también varios corredores, aunque ahora bastante limpios de nieve.

La parte final es toda de roca por lo que necesitamos las manos para progresar, pero en poco tiempo conseguimos llegar a nuestro tercer pico en la jornada de hoy, el pico de Valletes, que es el más alto también de todos los que haremos hoy. El paisaje no varía mucho desde la cumbre anterior pero en esta ocasión sí que podemos ver nuestra cumbre final, la de Fontfreda, que queda hacia el Este todavía algo lejos.

Tras hacernos las fotos de rigor volvemos de nuevo hasta el collado donde hemos decidido dejar las mochilas para subir más ligeros, las recuperamos de nuevo y comenzamos el descenso hasta el collado que separa los picos de les Valletes del de Fontfreda, ahora el camino es mucho más suave, pero las nubes siguen sin desaparecer y el tiempo no pinta demasiado bien. Seguimos caminando a buen paso y casi sin darnos cuenta llegamos a nuestro objetivo final en el día de hoy, la cima del Fontfreda, que nos sorprende por lo larga y ancha que tiene la cima, prácticamente es plana, tan sólo un montón de piedras nos indica el punto más alto. Desde aquí arriba por fin podemos ver de nuevo el parking en el collado de Puymorens donde dejamos esta mañana el coche, y podemos ver también de nuevo la zona del Carlit aunque ya se ve tapada por las nubes.

Aprovechamos para hacer un último descanso antes de descender y nos zampamos otro de los bocatas que llevamos, aunque como el viento es bastante molesto nos resguardamos detrás de un muro de piedra semicircular que hay, ahí no nos da el viento y se está muy bien. Tras unos minutos haciendo fotos y disfrutando de las vistas, decidimos que ya es hora de comenzar el descenso. A simple vista no se ve ningún camino evidente así que consultamos el mapa, el cual indica que hay que descender a un pequeño collado que luego nos llevará hasta el parking de la estación de esquí, pero por más que miramos no vemos ningún camino lo suficientemente marcado como para que se muestre en el mapa. Con muchas dudas comenzamos a descender nada más abandonar el pico de Fontfreda, en dirección hacia Puymorens. Cuando llevamos unos pocos minutos de descenso nos damos cuenta que aquello no es ningún camino, sino una pedrera en toda regla. Con tal de no volver a subir optamos por seguir bajando por allí como sea, confiando en que vayamos perdiendo desnivel y podamos llegar a una zona más tranquila.

Pero una vez metidos allí nos damos cuenta que no nos queda otra que seguir hacia abajo, no hay otro camino posible, lo malo es que es una pedrera en la que a cada paso que damos provocamos que caigan multitud de piedras rodando hacia abajo, alguna de tamaño considerable, son como pequeños minialudes de piedras, el terreno está totalmente descompuesto. Intentamos ir el uno cerca del otro para evitar que las piedras cojan velocidad al caer, ya que los impactos pueden ser peligrosos por las dimensiones de algunas piedras. Esta bajada se nos hace interminable, vemos abajo el final de la pedrera pero parece que no vayamos a llegar nunca. A media bajada Esteban opta por desviarse un poco hacia la derecha para ver si por allí está mejor pero yo continúo por en medio del pedregal, preguntándome donde demonios debía estar el camino “bueno” de bajada.

Por fin tras un buen rato conseguimos llegar a una zona más plana, ahora sólo nos falta seguir descendiendo más suavemente hasta el parking de la estación de esquí. El problema es que ahora comienza a llover, las nubes nos habían dado tregua toda la mañana pero estaba visto que no nos íbamos a escapar sin mojarnos, así que tenemos que sacar todo el material impermeable, menos mal que ya estamos casi al final de la excursión y no nos importa demasiado esta lluvia, aunque está claro que siempre es incómoda. Más adelante comenzamos a ver montones de piedras que nos señalizan el camino de bajada entre arbustos bajos, en un tramo de bajada que también se hace algo pesado de bajar, el camino no es nada evidente, si no fuera por los montones de piedras sería bien fácil perder el rastro del camino a seguir.

Llegamos a las inmediaciones del parking de la estación pero nos damos cuenta que tenemos que llegar hasta el otro lado del valle, ello supone tener que descender hasta un riachuelo que hay para luego remontar por el lado contrario ya que el parking donde tenemos el coche está unos metros más elevado que la zona a la que hemos de descender. Una opción sería ir en dirección a la carretera pero supone luego tener que subir mucho más desnivel hasta el coche, aparte de una vuelta considerable, así que optamos por tirar rectos por donde podamos. El problema es que no hay ningún camino, pero entre el cansancio acumulado y la lluvia que se ha hecho más intensa hace que tengamos ganas de llegar ya, así que comenzamos el último trozo de descenso por en medio de los arbustos, los tenemos que ir pisando por encima ya que no podemos ni siquiera abrirnos paso entre ellos, no paramos de caernos continuamente al suelo porque no vemos ni por donde pisamos, estamos pasando por encima de un montón de plantas y arbustos y hay momentos en los que ni tocamos tierra, literalmente vamos caminando sobre las ramas de estos arbustos, esto nos hace avanzar muy despacio, parece que nunca vayamos a llegar abajo.

Tras un buen rato de esta bajada interminable por fin conseguimos llegar a una pequeña pista que nos deja en la estación inferior del telesilla, y desde allí ya solo una pequeña rampa nos separa el coche, aunque es corta notamos la fatiga en las piernas, pero 10 horas después hemos conseguido volver de nuevo al coche habiendo conseguido todos nuestros objetivos en el día de hoy con las cuatro cimas hechas. Como estamos empapados lo primero que hacemos es cambiarnos de ropa en una construcción abandonada que hay al lado del hotel del collado, y una vez secos ponemos rumbo hacia casa, y mientras vamos conduciendo como siempre nuestro principal tema de conversación es saber cual será nuestra siguiente salida, nada más acabar una ya estamos pensando en la próxima…



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