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Estas en MIS AVENTURAS MONTAÑERAS Archivo de Relatos February 2009 Travesia De Las Agujas Y De Los Frares En Montserrat
Tuesday 17 de February de 2009, 19:20:15
TRAVESIA DE LAS AGUJAS Y DE LOS FRARES EN MONTSERRAT
Tipo de Entrada: RELATO | 1440 visitas

Travesía muy completa por la región de agujas de Montserrat saliendo desde el parking de Can Massana, al ser bastante corta nos pusimos a hacer también la travesía de los Frares que comienza en cuanto acaba la primera. La bajada la hicimos por la Canal del Miracle y vuelta por el GR172 de nuevo hasta el coche. Una travesía recomendada a todos aquellos que buscan itinerarios emocionantes sin asumir mucho riesgo, aunque siempre con al equipación adecuada ya que en la montaña nunca te puedes fiar.

Hoy queremos hacer una de esas excursiones que sin ser demasiado difíciles tampoco se puede catalogar como sencilla o fácil, ya que en algunos tramos tenemos que usar la fuerza de los brazos para progresar y hemos de superar desniveles importantes en muy pocos metros.

Salimos de casa bien temprano, tenemos claro que lo ideal es comenzar la excursión justo cuando comience a salir el sol, aunque en teoría no son muchas horas de caminata siempre es preferible salir antes y acabar antes.

Esta excursión ya la había hecho anteriormente en 3 ocasiones, la primera vez con mi mujer Marta, la segunda con mi amigo Miguel “Michael Knight” y la tercera con mi brother Esteban (a quien tuve que llevar engañado ese día ya que si llega a saber lo que hay no viene). En esta ocasión la haré de nuevo con mi primo Lute (Esteban), quien no ha estado nunca en esta zona y me ha dicho que busque alguna excursión que tenga algo de riesgo, ya que sino dice que no viene, es la única condición que pide…

Llegamos a Can Massana temprano, tan temprano que somos prácticamente los primeros en llegar, el parking se encuentra vacío a estas horas y eso que los fines de semana se suele poner a tope y no cabe ni un coche más. Nos cargamos las mochilas con todo lo necesario y comenzamos a subir el trozo de pista hasta Coll de Guirló, cruce en el que dejamos el GR que llevaría hasta el monasterio de Montserrat en una excursión de unas 3 o 4 horas y tomamos el desvío señalizado que sale hacia la derecha, el cual en unos 15 minutos nos lleva hasta la puerta de entrada a la región de las agujas, es una pequeña y corta canal que se supera sin demasiadas complicaciones, una vez llegamos arriba se nos abre la vista y podemos contemplar toda la zona que nos espera por delante. Estamos en La Portella, y hasta aquí el camino de aproximación no ha ofrecido ninguna dificultad.

A mano izquierda, situados en La Portella, comienza la travesía de las agujas, marcada con pintura de color rojo, en cuyo comienzo tenemos que grimpar un poco para situarnos por encima de las rocas. Hay otro camino marcado con pintura amarilla que sale hacia la derecha y que nos llevaría en poco tiempo hasta el refugio Vicenç Barbé. El camino que atraviesa las agujas está bastante bien señalizado y se puede progresar de momento sin dificultad, mientras podemos ir contemplando todas las formas curiosas que ofrecen las rocas de Montserrat, cada una con su nombre que teóricamente indica a lo que se parece, aunque muchas veces creo que le han echado mucha imaginación a la hora de poner nombres…

Al cabo de un rato llegamos al primer paso comprometido de la excursión, una triple cuerda que sube hacia arriba y a la que nos tenemos que agarrar con todas nuestras fuerzas, desde abajo impresiona mucho más de lo que realmente es, aunque la verdad es que tampoco se puede decir que sea fácil, hay que tirar de brazos en algunos momentos ya que el tramo, con mucho desnivel, tendrá unos 20 o 25 metros de altura y una inclinación fuerte. Una vez llegamos arriba el Lute me comenta que eso no ha sido nada y que quiere más, le ha entrado el mono de trepar y esto le ha sabido a poco, pero todavía queda excursión para rato…

El camino va discurriendo siempre siguiendo la pintura roja entre diferentes agujas, eso sí, dando un rodeo impresionante ya que nos pegamos un hartón de subir y bajar canales para ir avanzando, por suerte esta zona tiene muchos árboles y nos podemos ir agarrando a ellos para avanzar con más seguridad. En un pequeño saliente podemos descansar un poco y de repente nos damos cuenta de que estamos siendo observados desde arriba, un grupo de rebecos nos están mirando muy cerca de nosotros como pensando “que harán estos dos aquí metidos”, lógicamente ellos son mucho más ágiles que nosotros saltando entre las rocas, no llego a entender como no se caen nunca viendo los sitios por donde se meten.

Seguimos avanzando y oímos como los rebecos nos van siguiendo pero por la parte de arriba de las rocas, aquí pasamos un momento de peligro ya que mientras vamos subiendo por una estrecha canal los rebecos arriba no paran de moverse lo cual hace que nos comiencen a llover piedras de todos los tamaños en la parte donde estamos, por lo que le digo al Lute que tiremos rápido para salir de ahí o acabaremos con algún impacto en nuestras cabezas, por suerte conseguimos salir sin más complicaciones.

Tras continuar acabamos llegando a un pequeño collado, es el Portell Estret, punto donde acaba la travesía de las agujas y acaban las marcas rojas de pintura, aquí hay varias opciones para continuar, a la izquierda podemos bajar hasta el GR y volver al coche, y a la derecha, siguiendo marcas blancas, llegaríamos hasta el refugio Vicenç Barbé, que está situado estratégicamente en medio de la zona de agujas, y que es muy frecuentado por los escaladores de la zona. Hace poco tiempo mi primo me comentó que por el solo hecho de entrar al refugio a mirar dentro ya cobraban, aunque no consumieras nada allí, lo cual lo veo totalmente fuera de lugar ya que entiendo que el refugio ha de tener otra función, pero está claro que aquí quieren hacer negocio con todo como sea.

Seguimos la pintura blanca hacia abajo a la derecha durante unos pocos metros hasta que a la izquierda sale otro camino, esta vez señalizado con pintura azul, que es el inicio de la travesía de los Frares. Como está claro que no hemos tenido bastante y que todavía nos sobra mucho tiempo nos metemos por ahí, viene a ser una continuación a la travesía de las agujas ya que los tramos y la decoración del recorrido son bastante similares, si bien personalmente me gusta más este tramo que el anterior, ya que hay más pasos equipados que le dota de una mayor emoción.

Uno de los puntos más divertidos es cuando tenemos que pasar por debajo de una roca en la que hay un agujero, en ese momento es cuando nos damos cuenta que los kilitos que tenemos de más nos van a pasar factura, ya que es tan estrecho que tenemos que hacer contorsionismo para poder colarnos por allí. Al no caber con las mochilas lo que hacemos es atarlas a una cuerda que hay (también se puede subir por el exterior del agujero aunque es muy vertical) y usarla como polea para subirlas, menos mal que no nos hemos quedado atascados en medio de agujero.

El itinerario se va moviendo siempre entre los 1.000 y 1.100 metros de altura aproximadamente, hay momentos en los que parece que no puede subir más, no se ve nada más arriba, pero en ese momento comienza a bajar para luego subir de nuevo, aquello parece que no se va a acabar nunca, aunque en ningún momento se me hace monótono, siempre tiene la emoción de saber qué te vas a encontrar 20 metros más adelante. El camino a momentos está equipado con cuerdas en los pasos más comprometidos que facilitan el paso, la verdad es que encuentro muy acertadas las zonas que han equipado ya que son las que más problemas pueden dar a la hora de avanzar.

Al llegar a un pequeño saliente, el camino se desvía a la derecha y se ve una cadena para bajar un pequeño resalte, el problema de este tramo es que a medida que vas bajando agarrado a la cadena no puedes ver el suelo que hay debajo, y cuando ves que la cadena se va acabando y aún no has pisado tierra firme te preguntas donde acaba aquello, al final tengo que acabar dando con mi cuerpo en todas partes mientras el Lute no para de reírse de mí. Continuamos bajando bastante verticalmente hasta que llegamos al último obstáculo de la excursión: una bajada totalmente vertical de unos 20 metros equipada con una cadena, una cuerda y unos escalones anclados en la pared. La parte más delicada es quizás al principio, cuando tienes que llegar al primer escalón, una vez situado se puede bajar sin bastante problema, aunque hubieras sido de agradecer que quién diseñó aquello podía haber puesto los escalones un poco más juntos, hay que tener las piernas muy largas para llegar de uno hasta el otro. Primero bajo yo y desde abajo me pongo a hacer fotos al Lute, quien baja sin demasiadas complicaciones ese tramo.

Al cabo de unos pocos minutos llegamos a Coll de Port, punto final de la travesía de los Frares, y cruce importante de caminos en esta zona de Montserrat. Como la bajada a la izquierda hacia el GR desde esa zona es demasiado fácil, optamos por seguir rectos 5 minutos más y bajar por la Canal del Miracle que hay más adelante, la cual está señalizada con pintura azul en su comienzo. La bajada por esta canal es bastante vertical, sobretodo al principio, pero no tiene ninguna dificultad ya que hay muchísimos árboles que sirven de agarre, si bien cuando estás casi al final ya estás un poco harto de tanta bajada. Al final de la canal nos cruzamos con el GR que viene del monasterio y lo seguimos hacia la izquierda hasta el parking de Can Massana donde tenemos el coche, pasando por debajo de la Roca Foradada y la Cadireta.

Como todavía nos sobra tiempo, le comento al Lute que podemos ir a visitar la Cova Freda, que se encuentra cerca de la Cueva del Salnitre, al lado de Collbató, así que nos montamos en el coche y tiramos hacia allá. Dejamos el coche en el área de picnic que hay al lado de la ermita de la Salut ya que la barrera de acceso a la cueva está bajada y no podemos llegar hasta arriba con el coche, por lo que tenemos que hacer una pequeña caminata extra hasta llegar a la entrada de la cueva. La Cova Freda no se encuentra señalizada, se llega hasta ella dejando los escalones que suben hasta la del Salnitre por un pequeño camino de tierra que sale a la izquierda, y en unos 5 minutos se llega a la entrada de la cueva.

La cueva tiene una longitud de 150 metros y ya la había visitado anteriormente, pero no deja de darte una sensación extraña cuando estás dentro, sobretodo cuando apagas la luz y te quedas en silencio, aquello parece algo de otro mundo. Sacamos las linternas y nos aventuramos dentro, la verdad es que no tiene demasiada pérdida ya que alguien se ha dedicado a marcar con pintura gris todo el itinerario, que si bien es de agradecer para no perderte también es cierto que le quita buena parte del encanto que tiene el estar dentro de una cueva ya que le quita buena parte de la naturalidad. En un tramo de la cueva vemos algo muy quieto en una de las paredes, es un murciélago, le hacemos algunas fotos donde salta el flash de la cámara pero ni se inmuta, parece tener el sueño muy profundo. Mi idea era recorrerla en su totalidad pero el Lute tiene que llegar ese día pronto a casa y para no correr riesgos decidimos dejarlo para otro día y dar media vuelta, así siempre tendremos excusa para volver otro día.

Salimos de la cueva con los ojos todavía adaptados a la oscuridad y en cuanto nos da el sol en la cara nos tenemos que proteger los ojos por tanta cantidad de luz que nos llega. Bajamos de nuevo hasta el coche y tomamos la A-2 de vuelta hasta Mataró, en el coche nos damos cuenta de todo el cansancio acumulado que llevamos, la verdad es que el día ha sido muy completo y nos hemos quedado con las ganas de más, otro día seguiremos…



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