TravesÃa efectuada en solitario por Montserrat, como no tenÃa compañero de excursión ni coche disponible, pero sà muchas ganas de caminar, pues llegué en tren hasta la estación del aéreo de Montserrat, para subir desde alli hasta el monasterio por el llamado camino del agua. Desde el monasterio seguà hasta las ermitas de Sant Miquel, Sant Joan y Sant Onofre, subà hasta la mirada de Santa Magdalena (1.132 m), bajando por el lado opuesto para coger el camino nuevo hasta Sant Jeroni (1.236 m), subiendo previamente a la cima de la Albarda Castellana (cima más alta de la comarca del Baix Llobregat con sus 1.177 m). Desde Sant Jeroni fui hasta el mirador del Moro con su enorme antena de telecomunicaciones, desde donde hay unas vistas excepcionales, para bajar luego por la empinada canal de Sant Jeroni hasta Santa Cecilia, y una vez allà descender por el Camà dels Matxos siguiendo el PR C-19 hasta Monistrol de Montserrat, donde volvà a coger el tren de vuelta a casa. Un recorrido muy completo que me llevó 10 horas de caminata, lástima que faltando 15 minutos para llegar me acabó pillando la tormenta y la lluvia...
Hoy era uno de esos dÃas en los que tenÃa muchas ganas de caminar, no me importaba el sitio ni el recorrido, pero querÃa caminar mucho por donde fuera, asà que mirando varios mapas finalmente decidà acercarme a Montserrat.
Como ese dÃa no tenÃa con quien ir y tampoco tenÃa el coche disponible, pues me propuse hacer una excursión en solitario, hacÃa mucho tiempo que no salÃa solo a caminar y hoy era uno de esos dÃas propicios para hacerlo. Asà que dicho y hecho, pillé el tren para llegar hasta Barcelona y desde allà me fui hasta la estación de los Ferrocarriles de la Generalitat para coger otro tren que me llevarÃa hasta Montserrat.
Tras un par de horas de viaje, me bajé en la estación del aéreo de Montserrat, al lado de la carretera, la idea era acceder al monasterio inicialmente a través del llamado camino del agua, ya que transcurre muy cercano a las tuberÃas de agua que abastecen todo el conjunto del monasterio. Al cruzar el puente sobre el Llobregat, hay que caminar hacia la derecha unos 300 metros y a la izquierda comienza el sendero señalizado, no tiene pérdida.
El camino inicialmente sube bastante fuerte aunque sin ninguna dificultad especial, lo malo es que a esta hora de la mañana el sol pega de lleno en esta cara de la montaña y prácticamente en este tramo no hay sombras, menos mal que a ratos se tapa un poco con las nubes y sopla algo de viento, todo un alivio en un dÃa tan caluroso como éste. A cada parada que hago siempre me giro y cada vez veo la carretera más abajo, aunque el ruido incesante de coches llega hasta aquà arriba todavÃa. El horizonte se va ampliando poco a poco y al cabo de un rato ya se ve a los lejos Sant Llorenç del Munt, con la inconfundible Mola.
Al llegar a un tramo bastante vertical el camino comienza a girar a la derecha, siempre ganando altura, para poder superar dicho tramo, para luego volver a girar a la izquierda, ya en dirección al monasterio. Al cabo de unos minutos acabamos saliendo a la pista forestal que viene de Monistrol, muy ancha y cómoda, aunque el tramo a recorrer es corto, justo hasta llegar a la explanada donde comienza el tramo de las escaleras, menos mal que este tramo es más sombrÃo porque a estas alturas ya llevo la camiseta completamente empapada en sudor.
Las escaleras, aunque son más cansadas, nos permiten ganar altura de una forma muy rápida, es el único camino posible en esta zona algo escarpada, en algunos tramos incluso hay barandilla para subir más cómodamente. Nunca me he puesto a contar los escalones que hay pero unos cuantos cientos de ellos seguro que tiene este trozo.
Al acabar el tramo de las escaleras cambiamos completamente de paisaje y vemos una nueva zona de la montaña, en poco tiempo llegamos al camino asfaltado que baja del monasterio a la Santa Cueva, se me hace raro verlo completamente vacÃo a esta hora temprana, en pocas horas seguro que es un hervidero de gente subiendo y bajando. Tras subir las últimas rampas por fin me planto en el monasterio, que ya comienza a llenarse de turistas, se acabó la tranquilidad del camino…
Aprovecho para dar una pequeña vuelta por allà y rellenar las cantimploras. Decido ir a tomar un café pero hay tanta gente en el bar que me canso de esperar a que me atiendan y me voy de allÃ, es tremendo el gentÃo que hay allà metido. Para no perder tiempo, tomo el camino que lleva hasta Sant Miquel, completamente adaptado para nuestros amigos los turistas, que si bien se agradece también le quita el encanto de un camino de montaña. En pocos minutos llego hasta la cruz de Sant Miquel, desde donde hay una vista excepcional de todo el conjunto del monasterio, tengo la suerte de estar solo allà en ese momento y disfrutar por tanto mucho más de todo ello. Tras unas fotos continúo subiendo hasta llegar a la ermita de Sant Miquel, donde ya se abre de nuevo el paisaje hacia la zona de Collbató.
El camino sigue subiendo, siempre por una ancha pista, hasta llegar a la estación superior del funicular de Sant Joan, el calor en este tramo aprieta y casi no hay sombras, ya es mediodÃa y el sol pica intensamente, el agua congelada de mi cantimplora que traje de casa es mi única salvación, después de beber me paso la cantimplora helada por toda la cara, que alivio…
Al llegar al Pla de las Tarántulas, en la estación superior del funicular, aprovecho para zamparme un bocata y descansar un poco, ya que llevo casi 1.000 metros de desnivel acumulado y apenas he parado. Aprovecho también para chafardear un poco el aula de natura que hay instalada allà y como no, para hacer más fotos, en cualquier dirección las vistas son muy buenas. Llega un nuevo viaje del funicular y de allà sale una remesa impresionante de japoneses, no sé como lo hacen pero siempre están en todas partes!!!
Continúo ahora en dirección a la ermita de Sant Joan, a la que se llega en 10 minutos desde allÃ, mucha gente que sube con el funicular llega hasta aquà dando un paseo, yo luego continúo hasta las ruinas de la ermita de Sant Onofre, donde hay que atravesar una especie de pasillo que en algunos tramos se ha excavado en la roca, es muy curioso, aunque en la parte final hay un tramo expuesto a caÃdas pero con una baranda para agarrarte, yendo con cuidado no hay ningún problema en atravesarlo, aunque quien tenga vértigo quizás no le guste mucho aquello.
Donde acaba el camino salen unas escaleras que nos permiten seguir ganando altura, hasta que de repente encuentro una pared vertical justo delante, con un camino a la izquierda y otro a la derecha. Decido tirar hacia la derecha y enseguida acabo llegando a un collado, el camino desciende por el otro lado. Pero justo en el collado, a mano izquierda y señalizado con pintura de color rosa (aunque no se ve muy bien) hay unos escalones tallados en la roca, difÃciles de apreciar a simple vista, que nos permiten superar un tramo rocoso, luego hay un pequeño sendero que en pocos minutos me permite llegar hasta la Miranda de Santa Magdalena (1.132 m.) Desde arriba se tiene una visión muy amplia de todo el macizo ya que está en el corazón de la montaña, aquà arriba estoy solo, no suele subir mucha gente hasta esta cima, a diferencia de Sant Jeroni que es mucho más concurrida.
Tras unos minutos en la cima descansando, vuelvo hasta el collado y comienzo a bajar por la parte opuesta, por las llamadas escaleras de Jacob, que me permite superar un desnivel bastante vertical, al llegar abajo enlazo con el camino nuevo de Sant Jeroni, el cual siguiéndolo hacia la izquierda pasa por la base de la Gorra FrÃgia. Este nuevo tramo es prácticamente llano durante varios cientos de metros y bastante ancho.
Unos minutos antes de llegar a Sant Jeroni me desvÃo a la izquierda siguiendo unas marcas de pinturas azul que indica el camino de los franceses. La idea que tengo es subir la cima de la Albarda Castellana, para ello solo hay que seguir las marcas azules, tan sólo hay que atravesar un par de tramos algo complicadillos, un franqueo horizontal por roca y una cuerda para superar un desnivel vertical de unos 2 metros, pero ambos se hacen bien si se va con cuidado, y en pocos minutos consigo llegar a la cima de la Albarda Castellana (1.177 m), el punto más alto de la comarca del Baix Llobregat. Allà vuelvo a estar solo, todo un lujo en la montaña de Montserrat un dÃa de domingo. Escribo una dedicatoria en el libro de firmas que hay y hago algunas fotos, pero no estoy mucho tiempo porque el sol pica fuerte y no hay nada de sombras.
Desciendo hasta volver a enlazar con el camino de subida a Sant Jeroni, el cual sigo hacia arriba hasta llegar a las últimas escaleras de acceso al mirador, y al cabo de un rato ya me encuentro en el punto más alto de Montserrat, a 1.236 m., desde aquà arriba las vistas hacia el norte no tienen fin, se ven todos los Pirineos. Esta ruta es mucho más transitada, es constante el ir y venir de gente que suelen salir del monasterio para llegar hasta aquà arriba, al ser una ruta muy asequible para todo el mundo, hasta aquà arriba han llegado también algunos japoneses, no se pierden ni una…
Tras descansar un pequeño rato comienzo a descender por las escaleras hasta llegar a la ermita de Sant Jeroni, allà indica el camino a seguir hacia el monasterio, pero yo quiero seguir subiendo hacia el otro lado, en el cual no hay ninguna señalización, para llegar hasta el mirador del Moro, donde estaba hace años un restaurante y donde hay ahora una enorme antena de telecomunicaciones, inconfundible desde cualquier parte de la montaña.
El camino de acceso estaba hecho polvo pero lo han acondicionado con pasarelas metálicas, supongo que para la gente de mantenimiento de esta torre de telecomunicaciones. Al no ser una ruta que esté indicada, me encuentro solo de nuevo y llego hasta el mirador del Moro, desde donde hay unas vistas increÃbles, mejores que desde Sant Jeroni dirÃa yo. Abajo se ve Santa Cecilia y mucho más abajo Monistrol de Montserrat, mi final de excursión, aunque visto desde aquà hay un desnivel casi vertical de 1.000 metros, la bajada se me va a hacer larga…
Aprovecho para comerme el último bocata a la sombra y bajo de nuevo hasta el collado, desde donde sale la canal de Sant Jeroni, marcada con pintura roja. Hay unas torres de alta tensión que sirven de referencia para bajar o subir por allà ya que están instaladas por dentro de dicha canal. Comienzo el descenso haciendo zig-zag por el camino pero a medida que voy bajando más aquello se va volviendo más vertical y hay que ir con mucho cuidado sobretodo con los resbalones. En muchas ocasiones los bastones me molestan más que ayudan ya que lo más práctico es irte agarrando a los árboles y las rocas. Hacia la parte de abajo la canal se encuentra mucho más erosionada y han tenido que instalar cables en la pared e incluso una pasarela de madera para poder salvar zonas más complicadas, lo que hace mucho más lento el avance, a cada paso que doy los de dedos del pies se resienten al chocar una y otra vez con la punta de la bota, ya tengo ganas de llegar abajo o por lo menos a una zona más llana…
Tras una bajada bastante pesada llego hasta la fuente de la Teula, todo un alivio para poder refrescarme y rellenar la cantimplora que ya estaba en la reserva, desde allà ya hay pocos minutos para llegar al monasterio de Santa Cecilia, al lado de la carretera que va de Montserrat a Can Massana. Al llegar a Santa Cecilia lo primero que hago es sentarme un rato a la sombra y escurrir el sudor de la camiseta, está completamente empapada, parece como si la hubiera sumergido en agua, el calor que hace es insoportable! Menos mal que llevo otra de repuesto pero no mela pondré hasta que llegue debajo del todo o sino acabarán igual las dos.
Tras un breve descanso continúo mi marcha siguiendo paralelo a la carretera en dirección al parking de Montserrat, pero tras atravesar el túnel de Sant Jeroni, al cabo de unos metros a la izquierda comienza la bajada dels Matxos, me encuentro un cartel que dice que no se puede pasar por ahà porque están haciendo obras, pero no tengo elección, si no bajo por allà tendrÃa que bajar siguiendo la carretera y darÃa una vuelta impresionante, asà que como es domingo y no habrá nadie trabajando pues decido bajar por allÃ, và que estaban instalando unas canalizaciones pero se puede pasar sin ningún problema hasta llegar al monasterio de Sant Benet.
Desde luego, hoy me estoy pegando un hartón de recorrer ermitas y monasterios por la zona! Desde el monasterio de Sant Benet sigo descendiendo siguiendo el PR C-19, muy bien señalizado. En ese momento comienzan a sonar truenos en la lejanÃa y se ve el cielo muy cargado, confÃo en que la tormenta esté lejos y no me alcance, por si acaso me apresuro a ir un poco más rápido, pero este camino no debe ser muy concurrido porque está bastante lleno de arbustos bajos que no paran de clavarse en mis piernas, es bastante estrecho en muchos tramos, no puedo correr demasiado. Este tramo tiene en nombre del Camino del Angel y no tiene pérdida posible.
Cuando me faltan unos 10 minutos para llegar hasta Monistrol comienzan a caer las primeras gotas, pero enseguida empieza a caer una tromba de agua de las buenas, menos mal que me dio por llevar un paragüas pequeño y al final lo tuve que utilizar, no quise coger el impermeable para no llevar más peso, lo malo es que llovÃa tanto que igualmente me acababa mojando las piernas, asà que al llegar la pueblo paré en un sitio resguardado a esperar a que pasara lo más fuerte, y una vez disminuyó la intensidad de la lluvia pude llegar hasta la estación de los Ferrocarriles de la Generalitat de Monistrol, donde me cambié la camiseta porque ya empezaba a coger frÃo en el cuerpo. Al llegar el cremallera bajó una cantidad enorme de turistas que también debÃan coger el tren, menos mal que al final hubo sitio para todos.
En un par de horas más ya estaba de vuelta en casa, con los pies algo doloridos pero contento de haber podido completar la ruta que llevaba planificada, Montserrat siempre tiene algo de especial que hace que me sienta atraÃdo por esa montaña, por muchas veces que he ido nunca me cansaré de recorrer sus caminos…