Thursday 27 de May de 2010, 06:08:41

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Intento de ascensión al pico de Comaloforno, de 3.033 metros, saliendo desde la presa de Cavallers donde habíamos dormido la noche anterior, que finalmente quedó en eso... en un intento. Las nevadas recientes de días anteriores, la mala visibilidad, un viento molesto y todo el día nevando hacía que nos hundiéramos mucho en la nieve, ni siquiera las raquetas nos sirvieron de ayuda.Tras 4 horas de ascensión, decidimos dar media vuelta debido a las malas condiciones y el ritmo lento de avance que llevábamos intentando abrirnos paso en la nieve, llegamos hasta casi al segundo paso del Oso.Para acabar de echar el día aprovechamos el tiempo que nos sobró para dar una vuelta por el embalse hasta el otro extremo, en la Pleta de Rio Malo, siguiendo el camino que bordea el agua, el cual nos encontramos cortado por un alud que según nos comentó un excursionista había caído esa misma mañana.Nos hacía ilusión llegar a este pico pero no pudo ser, aunque eso sí... volveremos!!!

Hace tiempo que venimos con ganas de hacer algún pico de 3.000, y como no tenemos demasiado tiempo libre hemos optado por hacer alguno de los pocos que hay en Cataluña, ya que la mayoría quedan en Aragón, nuestro objetivo en esta ocasión será el Comaloforno, de 3.034 metros, saliendo desde la parte de la Vall de Boí, desde la presa de Cavallers.

Llegar para hacerlo en un solo día sería una paliza tremenda entre el coche y la propia excursión, así que decidimos salir la tarde anterior. Nuevamente me acompañará Esteban alias “el Lute”, hace días que tenemos muchas ganas de hacer esta cima y por fin ha llegado el momento. Teníamos previsto hacerla la semana anterior pero como las condiciones meteorológicas no pintaban bien decidimos aplazarlo una semana, la verdad es que de poco sirvió porque volvieron a ser muy malas…

Salimos el viernes por la tarde de Mataró rumbo a la Vall de Boí, tenemos 340 kilómetros por delante que nos tomamos con mucha calma, ya que nuestra intención es dormir en la presa de Cavallers para salir al día siguiente. Nos ponemos en marcha con el coche y durante el camino ya vemos que hay tramos en los que está lloviendo, la previsión para mañana dice que estará nublado pero sin llover. Sobre las 11 de la noche llegamos al parking que hay debajo de la presa de Cavallers, por encima de los 1.700 metros, no hay absolutamente nadie en el parking y el cielo se ve totalmente despejado, dejándonos ver infinidad de estrellas, al no haber nada de luz el cielo por la noche es espectacular.

Nos ponemos a cenar al lado del coche con la luz de los frontales, sacamos el hornillo para calentar algunas latas que hemos traído y calentarnos un poco, hace frío pero tampoco es excesivo, se puede aguantar bien abrigado. Tan pronto como acabamos de comer montamos la tienda en el propio parking, como no la podemos clavar lo que hacemos es atar los vientos a una barandilla que hay para que no salga volando, aunque no hace nada de viento. Estiramos las esterillas y los sacos encima y nos metemos dentro de ellos, ya son más de las 12 de la noche, nos quedan pocas horas para intentar dormir algo, entre el frío y la dureza del suelo siempre se hace más difícil conseguirlo.

A las 5 de la mañana suena el despertador del móvil, nos da un palo tremendo salir del saco afuera, sobre todo a mí, Esteban ya está más que acostumbrado a levantarse a esas horas. Todavía es de noche y lo primero que hago es preparar café con el hornillo para entrar un poco en calor y ponernos las pilas, nos espera una larga excursión por delante. En pocos minutos recogemos todo y acabamos de preparar las mochilas para ponernos en marcha, hemos pasado la noche completamente solos en el parking aunque vemos que a los lejos ya se aproximan algunos coches, el día ya comienza a clarear, a las 6 de la mañana dejamos el coche y comenzamos a caminar.

La idea de hoy es subir al Comaloforno pasando por los pasos del Oso, si nos queda tiempo subir también el Besiberri Sur y luego volver por el barranco de Malavesina y la Pleta de Rio Malo bordeando el lago de Cavallers, pero una cosa es querer y otra es poder…

Tras abandonar el coche subimos hacia la presa, que atravesamos totalmente hasta llegar al otro extremo. Aquí encontramos el primer problema nada más comenzar: no sabemos por donde tirar! En algunas reseñas leí que hay que subir recto y no hay que ir a la derecha, pero delante nuestra hay una buena pared sin camino aparente. Decidimos tirar hacia la izquierda bajando unas escalerillas que hay, pero al cabo de pocos metros vemos que aquello no tiene continuación, así que volvemos de nuevo a la presa. Desconcertados, vamos hacia la derecha un rato, y pudimos ver que luego el camino comienza a subir rápidamente, por lo que la reseña que llevábamos no estaba lo suficientemente bien explicada, menos mal que pudimos encontrar el camino.

El camino inicialmente sube muy fuerte, había comenzado a nevar hacía unos minutos, nevada que no nos dejaría en prácticamente todo el día, el cielo se veía muy cubierto y el viento que soplaba a ratos levantaba más nieve aún de la recién caída, durante toda la semana había estado cayendo nieve por la zona. El camino de vez en cuando está marcado con montones de piedras, menos mal porque la nieve cubría todo el camino y costaba mucho seguir el rastro, aunque a medida que íbamos ganando altura estos montones de piedras también aparecían cubiertos de nieve y costaba distinguirlos. En verano supongo que es un camino bien marcado pero con tanta nieve vamos subiendo por donde podemos.

Una cosa que me sorprendió mucho fue la gran cantidad de formaciones de hielo que habían, infinidad de estalactitas, algunas de gran tamaño que incluso podían resultar peligrosas en caso de caída. Este primer tramo de subida se hace algo agotador al pillarnos en frío y con esas condiciones. En cuestión de una media hora llegamos al llamado “paso del Oso”, que en realidad es una especie de brecha abierta en la pared con un agujero al final donde hay que trepar  un par de metros en vertical. El paso no reviste demasiada dificultad, aunque es aconsejable quitarse las mochilas o será difícil pasar por el agujero con ellas puestas.

Nos costó un poco encontrar el paso del Oso ya que hasta que no llegas a él no te das cuenta de donde queda, primero pasé yo por el agujero, Esteban me dio las mochilas y los bastones para subirlos y luego a continuación pasó él, la verdad es que si no es por este paso se haría muy difícil atravesar la muralla de roca que lo rodea, es prácticamente el único paso factible para atravesar esta zona de rocas.

Una vez superado el paso del Oso el camino sigue subiendo fuerte, ahora ya más entre árboles, lo que nos hace perder el camino continuamente pero mantenemos la dirección de subir más o menos rectos, abajo la vertical de la presa nos sirve de referencia para ver si nos estamos desviando en exceso, aunque más adelante la tendencia es ir tirando hacia la derecha para evitar las paredes rocosas de Comalestorres, que se muestran imponentes delante nuestra.

Llevamos unos 500 metros de desnivel subido y la gran cantidad de nieve recién caída que hay hace que el camino sea un suplicio, aquí los crampones no sirven de nada ya que nos hundimos igualmente. Optamos por sacar las raquetas de nieve (veníamos preparados para todas las situaciones posible) pero al ponerlas vemos que no nos sirven de nada, al contrario, entre la nieve tan suelta y la pendiente, a cada paso que damos las raquetas se nos van hacia atrás y lo único que conseguimos es ir abriendo un agujero cada vez más grande en el mismo sitio, imposible continuar así, es como intentar subir una montaña de harina… Volvemos a quitarnos las raquetas y seguir un poco más, pero un poco antes de llegar al segundo paso del Oso (una especie de “U” marcada en la cresta que tenemos delante) nos paramos a mirar en el mapa cuanto nos queda y lo que llevamos hecho…

Llevamos 4 horas caminando y sólo hemos subido 500 metros, el viento comienza a soplar cada vez con más fuerza y no para de nevar, la visibilidad es muy mala y no vemos nada de la cresta que hay arriba. Nos damos cuenta que no vale la pena seguir, caminar así nos ha hecho ir a un ritmo demasiado lento y acabaríamos tardando una eternidad en llegar a la cumbre. Además viendo el panorama no queremos ni imaginar cómo estará la cresta final de arriba con tanta nieve, si en verano ya es un paso delicado pues ahora nos podemos imaginar como estará aquello… Estamos como unos 5 minutos pensando si seguir un poco más o dar media vuelta, llevábamos mucha ilusión en querer llegar arriba pero no contábamos con estas condiciones tan malas, así que muy a pesar nuestro decidimos volver sobre nuestros pasos y volver abajo L

Ahora que escribo esto me doy cuenta que fue la decisión correcta, si hubiéramos continuado nos habríamos expuesto a más riesgos en esas condiciones y no habríamos llegado a ninguna parte, por una vez el sentido común y la prudencia pudieron más que las ganas de subir a toda costa la montaña, siempre tendremos la ocasión de volver y quitarnos esta espina.

Nos quedamos algo decepcionados y nos viene un sentimiento de frustración, de haber dedicado un fin de semana para no conseguir nada, de haber hecho muchísimos kilómetros para no llegar a nuestro objetivo, estábamos tan obsesionados en haber querido llegar arriba que el sentimiento de fracaso fue mayor, sobre todo en los primeros instantes.

Una vez tomada la decisión volvemos sobre nuestras huellas ya que es la mejor manera de no perder el rastro, lo malo es que el viento que sopla levanta la nieve y hay tramos en los que ha acabado tapando la traza de huella y nos cuesta ver por donde hemos subido, no queremos perder esa pista ya que es mejor manera de asegurarnos que volveremos por buen camino, con la pendiente que hay en esta zona de la montaña cualquier error en el camino nos podría llevar a tramos de rocas verticales sin posibilidad de continuación.

La bajada se nos hace más lenta de lo previsto ya que también se hace incómoda por hundirnos tanto en la nieve, en más de una ocasión al pisar encontramos piedra lisa debajo y hace que caigamos al suelo, afortunadamente sin mayores consecuencias pero hay tramos en los que la pendiente hacia abajo te puede hacer caer muchos metros por la ladera, vamos utilizando el piolet en todo momento para más seguridad.

Bajando conseguimos alcanzar de nuevo el paso del Oso. Bajarlo se hace más difícil que subirlo ya que las presas de agarre son escasas y por un momento te quedas con los pies en el aire, menos mal que es muy corto, nuevamente nos tenemos que quitar las mochilas para pasar por ahí, intento aprovechar para echar un trago de agua pero me encuentro con que el agua de mi cantimplora, que la llevaba en el exterior de la mochila, se ha congelado, parece mentira que estemos en mitad del mes de Mayo y todavía haga este tiempo invernal.

A medida que vamos perdiendo altura el camino se va despejando cada vez más de nieve, ahora la amenaza son las continuas caídas de trozos de hielo de la pared, con el aumento de la temperatura se comienzan a fundir y son más inestables. Por suerte conseguimos llegar abajo de nuevo a la presa, sobre la 1 del mediodía, el tiempo no ha cambiado en toda la mañana y continúa nevando y con nubes que no nos dejan ver las cumbres que rodean el entorno.

Teníamos previsto una excursión larga y nos encontramos que casi nos sobra todo el día, así que decidimos, para no volvernos tan pronto al coche, llegar por lo menos hasta el final de la presa, hasta la zona de la Pleta de Rio Malo, para lo cual atravesamos la presa y vamos por el marcado camino que hay, un cartel indica que hay 2 horas y 15 minutos hasta el refugio Ventosa Calvell pero ése no es nuestro objetivo, el día para nosotros “ya se ha echado a perder”. Al caminar por este sendero, al cabo de unos minutos vemos que había caído un alud de nieve por una de las canales que baja de la Punta Alta de Comalesbienes y ha tapado por completo el camino, tenemos que cruzar por encima del alud para seguir el camino, sorprende la gran cantidad de nieve que ha bajado. Según nos comentó un excursionista francés que había por la zona, parece ser que esa avalancha se había producido esa misma mañana y había caído por allí, menos mal que nosotros estábamos en la parte opuesta del embalse…

Finalmente llegamos a la Pleta de Rio Malo, donde descansamos un poco y echamos las últimas fotos, este paseo adicional la verdad es que lo hicimos más por acabar de echar el día que por otra cosa, el día de hoy nos había sabido a poco. Volvimos de nuevo por el mismo camino hasta la presa y de ahí ya bajamos hasta el coche, donde nos cambiamos la ropa y comenzamos a tirar hacia abajo para buscar un sitio donde comer, ya que desde que nos habíamos levantado a las 5 hasta ahora no habíamos probado bocado y el hambre ya se notaba.

Al acabar la carretera que accede hasta la presa, paramos un momento para dar un paseo por el balneario de Caldes de Boí y tomar un café, pero como no encontramos abierto el bar aprovechamos para dar una vuelta por el exterior, yo ya conocía el lugar pero quise enseñárselo al Lute por si otro día quería venir de nuevo por la zona, la verdad es que recomiendo la visita a todo el que vaya por la zona de la Vall de Boí. Incluso en la zona del balneario, que está a 1.470 metros continuaba nevando, no había manera de librarnos de la nieve.

Subimos al coche y comenzamos la larga vuelta hasta casa, buena parte de las conversaciones giraban sobre el tema de no haber podido conseguir la cima, dando vueltas y más vueltas al asunto, la verdad es que fuimos allí teniendo en cuenta que la previsión del tiempo no era del todo buena, y aunque no le dimos mucha importancia, en la realidad pudimos ver que con unas condiciones malas cualquier excursión simple se puede convertir en una odisea para poder avanzar, tomamos buena nota de ello para la próxima…

Eso sí, no me quiero despedir sin antes dejarle también un mensaje a nuestra amiga la montaña: ¡VOLVEREMOS  a por ti, Comaloforno!

�lbums de Fotos relacionados:

• INTENTO AL COMALOFORNO (3.033 M.)

6 Comentarios

Enviado por Peredimoni el Thursday 27 de May de 2010

�--Hace tiempo que venimos con ganas de hacer algún pico de 3.000?--Perquè 3000?, que no hi ha muntanyes boniques d'alçada diferent a 3000?Coleccionistes ...�

Enviado por Madveras el Thursday 27 de May de 2010

�y? ... quin problema hi ha en que vulguin fer una muntanya de 3000? La muntanya es llibertat, y per tant tothom es lliure de voler pujar el que vulgui y ningú te el dret a jutjar a ningú per l'activitat que fa. y que si vols coleccionar 3000? us una manera com qualsevo altre de fruir de la muntanya.�

Enviado por Rapaz el Thursday 27 de May de 2010

�Bon intent Hacha!!!! i molt ben explicades les sensacions i experiencies viscudes.El comaloforno es una muntanya suficientment maca per fer-la, sigui un tresmil o no ho sigui, tot i que es irremediable que el fet de superar aquesta cota, pot tenir un al·licient mes per pujar-hi. �

Enviado por Hacha el Thursday 27 de May de 2010

�Peredimoni, yo no hago colección de tresmiles, ni de cimas, ni de travesía ni de nada, voy a la montaña porque me gusta y ya está. Claro que hay montañas mucho más chulas, y si de hecho entras en mi perfil verás que las he hecho de todas las alturas, medidas y distancias posibles, no me obsesiono con hacer las más altas, las más difíciles o las más largas, intento ir variando el tipo de excursiones, tan pronto hago etapas de un GR como subo un 2.000, un 3.000, o hago una travesía por baja montaña.
Seguramente habrá gente que coleccionará tresmiles, pero no es mi caso, aunque como bien dice Rapaz siempre es un plus añadido a la propia excursión�

Enviado por Gerardo el Thursday 27 de May de 2010

�Sí, sí que n'hi han de boniques d'alçada diferent a 3.000, les de 4.000, 6.000 o 8.000.......jajaja, es broma, que ningú s'emprenyi....... Bonic l'intent, Hacha. Salutacions a tots.�

Enviado por Ram el Saturday 29 de May de 2010

�Felicidades Hacha, lo interesante es estar allí, disfrutarlo y compartirlo, que no es poco...por la cima otro dia será�