Wednesday 22 de April de 2009, 08:33:55

Travesía de la siempre difícil y complicada ruta del Salt de la Nina, subiendo por la Canal del Miracle, para posteriormente subir hasta la Miranda de los Ecos, bajada por la Canal dels Micos y vuelta por el Coll del Migdia y la Canal de la Font de Llum, todo un rodeo que nos permite ver buena parte de esta zona de Montserrat

Hoy hemos quedado mi primo Esteban “Lute” y yo para hacer una excursión en Montserrat que según hemos podido leer comentarios en internet parece que es bastante complicada, la ruta conocida con el “Salt de la Nina”.

Hace un tiempo ya hicimos otra ruta por la zona, que incluía la travesía de las Agujas y la de los Frares, pero comparada con ésta que nos espera aquello fue un aperitivo…

Salgo de casa y el Lute me está esperando abajo para recogerme, vamos un día entre semana y por tanto nos encontramos con todo el tráfico que se mueve alrededor de Barcelona de la gente que va a trabajar, por lo que no vamos a poder comenzar a caminar a la hora que teníamos prevista ya que la circulación a momentos es bastante lenta.

Lo que sí tenemos claro es que antes de comenzar la excursión tenemos que ir primero a tomarnos un buen café que nos permita comenzar algo más despiertos, como en la zona no hay ningún bar tenemos que buscar uno en la autovía A-2, son las 7 de la mañana y ya se ve bastante lleno.

Al salir con el coche nos dirigimos al punto de partida, situado en medio de la carretera de montaña que va hasta el monasterio de Montserrat, donde hay un pequeño parking a la izquierda en el cual dejamos el coche, justo al lado del aparcamiento hay unos escalones que indican el inicio de la excursión y está señalizado con pintura azul. El camino comienza a ganar altura paulatinamente poco a poco mientras se va alejando de la carretera. Al cabo de unos minutos el camino se cruza con el GR-172 que va desde Can Massana hasta el monasterio, pero el que nosotros tenemos que seguir continúa recto hacia arriba, siempre señalizado con la pintura azul, a partir de ese momento el camino se comienza a cerrar dentro de una canal, es la conocida como Canal del Miracle.

A medida que vamos subiendo el camino cada vez se va haciendo más empinado, cuando llevamos un buen rato subiendo y no le vemos el final a aquello comienza a disminuir nuestra moral ya que acabamos de comenzar y al habernos pillado un poco en frío una subida tan bestia hace que nos cansemos con mucha más facilidad.

Pero como todo lo que comienza acaba, acabamos llegando al Coll del Miracle, donde aprovechamos para descansar un poco y zamparnos el primer bocata, el día se presenta nublado pero sin amenaza de lluvia, si se pusiera a llover la excursión sería un auténtico infierno al estar toda la roca mojada y resbaladiza, así  que nos toca confiar en que el tiempo se mantenga estable.

Cuando acabamos de comer nos ponemos de nuevo en marcha, justo antes de llegar al Coll del Miracle, a mano izquierda según se sube, sale un camino, es el comienzo de la ruta del Salt de la Nina. Inicialmente se trata de un camino que sin perder ni ganar gran desnivel va bordeando la pared de piedra, ya que transcurre por la base de esta pared. El camino es estrecho y a veces aparece cubierto de vegetación, se nota que no es demasiado concurrido, aunque no tiene pérdida posible ya que no hay ningún desvío y por tanto el camino a seguir es bastante evidente, caminamos así aproximadamente durante unos 20 minutos, hasta que al llegar a una curva nos encontramos un cartel que nos indica el comienzo “interesante” del camino, el cual comienza con el descenso por un desnivel de unos 10 metros ayudados por una doble cadena, la cual acaba marcada en nuestras manos de tan fuerte que nos agarramos a ella, ya que es el único soporte fiable para bajar, puesto que hay  pocos sitios hay para ir apoyando el pie, primero desciendo yo y luego baja el Lute, sin ningún problema de momento.

Seguimos bordeando la base de la pared, el paisaje se ha abierto mucho más y han desaparecido casi todos los árboles, el siguiente paso complicado consiste en atravesar lateralmente una pared inclinada sujetándonos a una cuerda fija que hay instalada, con el problema que la cuerda está muy suelta y no da demasiada confianza al agarrarse, pero no nos queda otra ya que por debajo nuestro hay un abismo de unos cuantos cientos de metros…

Pasada esta zona, conocida como el Hort del Malany, comenzamos a ver la primera sorpresa: una cuerda fija que está instalada para trepar por una canal totalmente descompuesta de tierra y piedras. La subida se hace bastante penosa ya que prácticamente hay que ir subiendo a pulso puesto que cada vez que apoyamos el pie se nos va para atrás al no haber ninguna zona de suelo estable. Nos encontramos también con el problema añadido que la cuerda está muy mojada y recubierta de arena, lo cual no nos da precisamente demasiado agarre.

Ya no hay vuelta atrás, con todo lo que llevamos recorrido tardaríamos mucho más en volver por donde hemos venido que seguir por la canal hacia arriba, así que nos lo intentamos coger bien y continuamos. Pero todavía nos queda por delante la parte que se considera más difícil, una subida continua con una cuerda larguísima por una canal en forma de chimenea y con una inclinación muy considerable, aquí tenemos que tirar de brazos totalmente, sería totalmente imposible subir este tramo solamente con las piernas, si no fuera por las cuerdas que hay no habría narices de subir por aquí, creo que es lo más parecido que hemos hecho a la escalada, la cual no hemos practicado todavía ninguno de los dos.

Acabado el largo tramo de cuerda descansamos un poco pero cuando queremos continuar nos encontramos con que no sabemos por donde tirar. De hecho solo hay un paso factible, pero consiste en un tramo totalmente vertical de unos 5 metros que hay que subir con una cuerda. Aquí sí que es necesario tener toda la fuerza en los brazos porque no hay otra manera de subir. Primero lo intenta el Lute pero a medio tramo se queda sin soporte y comienza a caer para atrás, comienza a resbalar por la chimenea y tengo que sujetarlo como puedo para que no siga cayendo, ya que el desnivel hasta abajo es muy importante.

Una vez pasado el susto decido ser yo el siguiente que lo intente, comienzo a sacar fuerzas de no sé donde mientras subo y consigo llegar a la parte de arriba, aunque con las dos piernas temblando de la tensión acumulada en el esfuerzo de la subida. Acto seguido el Lute también consigue reunir las fuerzas suficientes para subir también, hasta ahora ha sido el tramo más comprometido de la excursión, y se encuentra casi al final de toda la subida.

Unos metros más arriba llegamos a un pequeño collado donde descansamos e intentamos reponernos un poco de tantas emociones, seguimos bajando por el lado contrario y nos cruzamos con el camino que lleva desde el Coll del Miracle a la Miranda de los Ecos, pasando por el paso de La Esfinge y la roca de Aurons. En teoría deberíamos seguirlo hacia la derecha hasta llegar al Coll del Miracle y desde allí bajar nuevamente al coche, pero como este tramo yo ya lo había hecho anteriormente con mi hermano hacía tiempo, decidimos hacer una variante y seguirlo hacia la izquierda. Por tanto comenzamos a subir de nuevo, estamos casi arriba del todo pero todavía nos queda lo que yo llamo el obstáculo final: una cadena para subir un tramo vertical de 10 metros. Los brazos casi los tenemos muertos de tantas subidas anteriores, nos tomamos unos minutos para pensárnoslo y tiramos hacia arriba, primero va el Lute, quien mientras sube no para de tirar piedras hacia abajo, si lo llego a saber me traigo el casco aunque sea el de la bici porque algunas me caen bien cerca. Una vez ha superado el tramo por su parte comienzo a subir yo, se me hace muy complicado poder llegar hasta arriba, sobretodo en el último trozo de este tramo ya que el suelo se ha erosionado mucho y prácticamente no quedan agarres, tardo como 5 minutos en decidirme por donde subir, y al final lo acabo consiguiendo a base de echar el resto de fuerzas en los brazos.

Ya hemos llegado arriba, bordeamos la pared de roca y siguiendo la aérea cresta llegamos a la Miranda de los Ecos, a 1.220 metros, la segunda cima en altitud de Montserrat por detrás de Sant Jeroni que está a 1.236 metros. El día es espléndido y aprovechamos para comer de nuevo, las vistas son excepcionales, con la región de agujas a un lado y la zona del camino al monasterio al otro lado, abajo se ven los pueblos pequeñísimos desde aquí arriba y los coches parecen hormigas, aprovechamos para hacer algunas fotos y dejar nuestros comentarios en el libro de firmas que hay arriba

Ya puestos a seguir viviendo momentos emocionantes, nos decidimos a la hora de bajar hacerlo por el otro lado, la conocida como la Canal dels Micos. El camino comienza bajando muy fuerte y no paramos de hacer rodar piedras hacia abajo, confiando en que por debajo nuestro no hay nadie ya que algunas son bastante grandes. Cuando acabamos de bajar por esta primera canal, señalizada con color amarillo, llegamos al tramo propio de la Canal dels Micos, el cual comienza con el flanqueo horizontal de un trozo de pared sujetándonos con un trozo de correa de persiana que no nos da mucha confianza ya no presenta muy buen aspecto, pero tenemos que confiar en sujetarnos ahí ya que de no hacerlo caeríamos al vacío unos cuantos metros. El camino continúa descendiendo muy verticalmente aunque presenta buenos agarres, pero hay que ir con mucho cuidado ya que un pequeño resbalón puede tener consecuencias imprevisibles. A mitad de la canal el camino está tan erosionado que las piernas se nos quedan cortas en algunas maniobras al no llegar al siguiente paso pero conseguimos superarlo sin dificultades, comparado con el trozo de subida en el Salt de la Nina la bajada por aquí nos parece mucho más fácil.

Al acabar la canal continuamos bajando hasta llegar al Torrent del Migdia, el cual seguimos hacia la izquierda en subida hasta llegar al Coll del Migdia, donde volvemos a descansar un poco antes de continuar la marcha, ya definitivamente de bajada, por la Canal de la Font del Llum hasta llegar de nuevo al GR-172, el cual seguimos a la izquierda hasta llegar de nuevo a la carretera donde habíamos dejado el coche, dándonos cuenta que hemos acabado haciendo un rodeo mucho más largo del que habíamos previsto, pero que nos ha permitido conocer nuevas zonas de Montserrat. Antes de enlazar con el GR decidimos desviarnos un momento hacia la izquierda, casi al final de la canal, para visitar la Font del Llum, una curiosa cueva abierta por dos lados donde hay una fuente en su interior y que sorprende mucho al llegar allí.

El calor aprieta y nos apresuramos a recorrer el último trozo hasta llegar al coche, por un camino ya bien marcado y sin dificultades. Desde abajo vemos las impresionantes paredes por las que hemos pasado y nos preguntamos cómo es posible que allí pueda haber algún camino que cruce aquello, parece mentira que hacía poco tiempo estábamos metidos allí arriba entre cuerdas y cadenas.

Como todavía nos ha sobrado tiempo, decidimos hacer una visita relámpago al monasterio que nos queda cerca, al estar menos de media hora el parking es gratuito, de lo contrario hay que abonar la tarifa de un día entero, como nos damos la prisa suficiente no acabamos pagando nada, aquello es un hervidero de gente y turistas, hemos estado todo el día sin encontrar a nadie en la ruta y al estar allí es como si hubiéramos vuelto de nuevo a la civilización.

Con todo el calor que hace ese día no queremos llegar a casa sin antes meternos algo fresco entre pecho y espalda, así que paramos un momento en un bar de carretera y nos engullimos una refrescante cerveza con limonada que nos sabe a gloria, después de todo lo pasado durante la jornada creo que ese fue el mejor momento del día.

Nos subimos de nuevo al coche y volvemos para casa pensando en cual será nuestro próximo reto, siempre que acabamos una excursión nada más llegar ya estamos pensando en cual será la siguiente…

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